Kiki Cortiñas, no es un Cantaor de silla lo que le da unos matices y maneras que lo hacen un Cantaor original. También cabe destacar su labor como compositor, músico y productor.
¿Para cuándo su trabajo discográfico?
“Es muy importante aprender de lo antiguo porque ahí está la verdad”
Santiago Cortiñas Barrull nace en el seno de una familia gitana en Lugo, 1985, criado en el barrio de Fingoi, vive hoy a más de mil kilómetros en Almería casado con una hija de Tomatito, del Atlántico al Mediterráneo.
"Como tengo hijos pequeños compongo cuando voy de compras al Mercadona"
Empezó componiendo en el desván de su casa con el multipistas de su tío, en lo que no queda dentro de los territorios flamencos oficiales, Lugo. En el 2019 “De Verdad”, de José Mercé y Tomatito, fue nombrado mejor álbum flamenco en los premios Odeon, firmó diez de los once temas.
José Mercé resalta su gran colaboración:
"Es una maravilla y nos está ayudando muchísimo. Nos ha hecho muchas cosas. Siendo tan joven nos está enseñando mucho a los dos”
El Kiki se inició con cuatro o cinco años cantando en el Culto de la Iglesia Evangélica de su barrio, como es tradición en su familia. Allí empieza a aflamencar las canciones para Dios y las empieza a sentir desde una forma personal, el Pastor ya le da un papel protagonista en el Coro.
“Me inicié cantando en la iglesia evangélica de Lugo. Tenía cinco años. Iba al Culto con mis hermanos, mis tíos y mi familia”.
Su otra gran influencia le llega por su familia, el Flamenco está en la casa y en las fiestas que celebran.
“Cuando tenía cinco o seis años el disco que se escuchaba en la casa era el último de Camarón que era Potro de rabia y miel (1991) o Zyryab (1990), de Paco de Lucía. Yo creí con esa revolución, protagonizada por esos dos genios. Me tocó otra época de mayor fusión, pero después te enteras que existe una tradición y unos cánones. Eso tiene que estar presente siempre, igual que saber que estos dos genios nos abrieron paso a las músicas del mundo, abriéndonos al jazz, al rock, a la literatura, a todo”.
Otra puerta a la que entró como niño fue la escena musical gallega, allí descubre otros estilos, el Jazz entra en sus códigos.
“Debuté en el Clavicémbalo, un club de música en directo de Lugo, con 9 años, con Cuchús Pimentel”.
“Músicos como mi amigo Telmo empieza a hablarme del jazz, lo escucho en el Clavicémbalo,... Ella Fitzgerald, West Montgomery, Path Metheny,... Lo que me cuesta más entender es el free jazz por su sistema para improvisar”.
“Sonoramente. Me ayuda mucho en las transiciones. Aunque yo no sea consciente, está ahí”.
¿Cuál fue el repertorio?
“Cosas de Camarón, sobre todo. Temas de los discos que había hecho con Paco de Lucía. Lo que escuchaba en casa. Entonces nos parecía normal. Mucho después me di cuenta de que eran dos genios, dos personajes que marcaron época”.
La escena musical del flamenco y el jazz se dejan seducir por El Kiki, graba unas cintas y estas empiezan a salir de Galicia.
“Con ocho o nueve años me escuchó Antonio Carmona de Ketama y me llevó a una sala mítica de Madrid, la Caracol. Después me grabaron un disco con once años y hasta hoy”.
En 1996 graba su primer disco “Mala suerte”, en Santiago de Compostela con Clave Records, con 9 temas:
Mala suerte (tangos); Prohibido (bulerías); De menos (soleá); Consuelo (tanguillo); Rumba para José; Alegrías de mi tierra; Se me acabó el cante (fandangos); Canción del olvido (bulerías); Martinete.
Le acompañan: Jesús Pimentel "Cuchús", guitarra flamenca, eléctrica; Marcos Teira, guitarra flamenca; Pedro Onieva, cajón, tabla, bongos.
A partir de ese momento empezará su carrera como solista que sólo se vio interrumpida un tiempo debido a los cambios de voz.
“Cuando Josemi Carmona me llamó en 2011 para acompañarle en la gira de su disco “Las Pequeñas cosas” me dio una alegría que le agradeceré todo la vida".
“Mi primer concierto en Madrid, con 9 o 10 años, fue en la sala Caracol, que llevaba Antonio Carmona, y Josemi vino a verme. También vinieron a verme cuando presenté mi primer disco, con 12 años”
“Josemi lleva tiempo comentándome el proyecto del disco y su deseo de que esté en su banda. Es un orgullo que cuente con mis servicios musicale”.
Josemi Carmona le eligió para que le acompañe en la gira de presentación de su primer disco, “Las pequeñas cosas'” (Universal Music), se ocupó de la voz principal y de tocar la guitarra en los conciertos del músico madrileño.
“Somos compatibles porque no solamente es flamenco, son también otras músicas”.
"A través de Josemi conocí a mi mujer y a María Ángeles Fernández, mi cuñada"
Del Atlántico al Mediterráneo: entra en la casa de Tomatito.
De repente se ve cruzando el mundo con el grupo que acompaña a Tomatito, que en 2013 obtuvo su tercer premio Grammy latino con: “Soy flamenco” y en ese álbum ya colaboraba El Kiki.
"Trabajé con Tomatito en el disco, imagínate, mira que currículum... no hay nadie en España con más Grammys. Girar con él es trabajar con una exigencia continua, es un capitán. Siempre está corrigiendo cosas en cuanto estás en baja forma... pero dentro de la grandeza es muy sencillo, campechano. "
Otro de sus grandes retos fue componer los temas del disco de José Mercé y Tomatito: “De verdad”, 2019.
“Los primeros que presenté no me los aceptaron, pero al final, de los once temas que tiene el disco, metí diez”
“Ellos querían un disco de flamenco tradicional pero del siglo XXI, con los movimientos de melodías y armonías que hay”.
“En el flamenco hay muchos palos. Después, existen grandes cantaores que personalizan el palo. Figuras como Manuel Torres, Tomás Pavón, La Niña de los Peines... han sido grandes maestros que lo han logrado. Nosotros bebemos de esas fuentes y para componer tienes que tener un mínimo de conocimiento para darles a ellos material de calidad”.
¿Por qué ese respeto reverencial hacia el pasado?
“Ocurre también en el jazz. Hay que tener un respeto a la música tradicional. Sin ella no puedes hacer nada. Por ejemplo, en el disco de Jose Mercé y Tomatito hago una zambra dedicada a Lola Flores. Ese palo lo popularizó Manolo Caracol. Para poder cantar eso necesitas saber cantar por seguidillas, porque tiene tercios de seguidillas y también de la toná, que es un palo libre. Tienes que conocer eso para poder desarrollarlo. Es importantísimo aprender de lo antiguo siempre porque ahí está la verdad”.
¿Flamenco del siglo XXI?
“Tomatito decía el otro día que en el flamenco siempre ha habido mucha moda y mucho experimento. Lo bueno se queda y lo que no es tan bueno sale. Uno no sabe a dónde va a ir la música. Pero lo que tenemos claro es que la música es corazón y verdad y al final queda la verdad. Hay que dejarla fluir. A lo mejor el trap u otras músicas que se añaden al flamenco proponen otra vía. No se puede descartar nada. Lo que se hace con corazón, conocimiento y respeto puede ser un camino”
“Iba a empezar el 15 de enero -2020- a grabar en Madrid, pero salió una gala en Nimes con Tomatito y tuve que suspenderlo. Lo voy a retomar”.
¿Para cuándo el segundo disco de El Kiki?