Era la Semana Santa del ochenta y siete. Por destinos de la vida me vi involucrado en el desfile a paso lento de la Infantería de Marina, San Fernando, un acto meticulosamente orquestado y pautado, uno de los pocos capaces de pararlo es el Cante.
En el flamenco Manuel Torre, a través de sus sonidos negros, fue uno de los pioneros, le siguió el camino Agujetas.
La Pena Sonora
Contaba su hijo Tomás Torre que estando Manuel en el balcón de la casa de Don Eduardo Miura una mañana de Viernes Santo, al aparecer en la calle la Sentencia empezó a cantar Manuel con su voz densa y nasal una saeta, con tal enjundia que cuando acabó, la multitud congregada en la plaza de la Encarnación no sabiendo como expresar sus emociones y no pudiendo (estamos en Semana Santa) aplaudir ni vitorear, empezó a agitar pañuelos blancos en emotivo y silencioso homenaje al cantaor.
Un gitanillo que le acompañaba, le dijo a Manuel señalándole a Eduardo Miura:
“Fíjate, primo, con la “malage” que gasta criando toros y ahí lo tienes que lo has hecho llorar”
Ricardo Molina completa el cuadro y comentaba que a Manuel se le atribuye ser el causante de la costumbre sevillana y andaluza de mecer los pasos de la Semana Santa. Dicen que en una ocasión cuando el Torre cantaba una de sus estremecedoras saetas y el capataz dio orden de iniciar la marcha, los costaleros levantaron el paso, pero sin avanzar y lo siguieron moviendo a ritmo, en el mismo sitio, para poder escuchar bien la saeta del cantaor jerezano.
Según Juan Talega, su voz tenía un “sonío” que se metía en la cabeza y su eco te duraba tres días. Lo que es indudable es que, como mínimo, conseguía que quien le escuchaba acabara llorando a moco tendido.
Cómo puede una voz ante una multitud transmitir más que una orquesta?
Manolo Sanlúcar , que fue con el que primero grabó Manuel de los Santos Agujetas:
“Me preguntaba el misterio que tenía ese hombre.
Hace 35 años íbamos mi mujer, mi hijo de pañales y yo en el coche, camino de Madrid a Sanlúcar .
¿Saben qué le ponía al niño para que estuviese relajado?
Agujetas.
¿Cómo puede un niño de pañales quedarse hipnotizado escuchando eso?
¿Cómo es posible que este hombre desafine?
Me puse a analizar y descubrí que no desafina. Lo que hace es cantar en una métrica tonal que era la que existía antes de la escala atemperada. Este tío viene de recoger esto en su familia y en su mundo.
Eso es para volverse loco. Conlleva que desde nuestro oído atemperado de hoy, te parezca desafinación. Pero también conlleva que eso tiene un embrujo que no lo tiene la escala temperada”
El cante no cabe en un papel, Rancapino
el cante conserva una característica esencial, parte de sus melodías no caben en el pentagrama, la riqueza de la escala natural que utiliza sobrepasa los semitonos de la música escrita debido a que no está “temperada”,
¿Qué es la música templada, temperada?
La mayoría de los instrumentos musicales occidentales modernos están afinados en el sistema de temperamento igual. El temperado (o templado) es el proceso de alterar el tamaño de un intervalo haciéndolo más estrecho o más amplio.
La guitarra está temperada, templada, de hay la dificultad para acompañar el Cante, en particular a esos cantaores no ligados al temperamento mecánico.
Algo que lo vincula con eso que no es un tópico: los Sonidos Negros, algo similar conseguían con trompetas o saxofones los otros músicos de la diáspora africana, con el Son, Jazz o otros estilos donde buscaban esas notas fuera del papel.
Refiriéndose a esa Semana Santa del 87 mi conclusión no se acerca a esa que encuentra uno cuando busca algo sobre Las Saetas. Suelen atribuirle similitudes, por todas partes, a lo Islámico o Hebreo, para mí mucho de lo que vi me demostró lo inverso.