Victor Jou viajó en 1970 a Londres, de regreso a Barcelona contacta con la incipiente música progresiva local y decide crear un espacio inspirado en el Marquee londinense. Ese fue el primer Zeleste en la calle Platería (hoy Argentería), se inauguró el 23 de mayo de 1973 y el primer concierto que se realizó en la sala marcó ya el camino que iba a seguir: Gato Pérez, en los inicios de lo que se vino a llamar Ona Laietana, cuando aún no se había adentrado en la rumba.
Por Zeleste pasaron bandas punkies, mods, rockers… pero también estuvieron L. Shankar, Zakir Hussain, Bill Evans, Machito, Camarón o una noche de 1982: Bernarda y Fernanda de Utrera, con sus sobrinos Luis e Inés, el Mono de Jerez, Juan Carlos Montoya y de maestro de ceremonias José Candado.
Flamenco puro en Zeleste
Me dice Victor Jou que en su Zeleste siempre, y son nueve años ya, “ha dado flamenco”. “Los fuera de serie, los incunables", especifica.
Niñato
Presenta ahora, y hasta hoy, sábado, a la Bernarda y la Fernanda de Utrera, con sus sobrinos Luis e Inés. “Unos renovadores-según me cuenta el experto José Candado, que cantan por bulerías poemas de Hernández y de Machado, como la Virgen o el Cristo del Madero, esa de Serrat, y, chico, te caes de culo”. Y están, también en Zeleste, El Mono, José Vargas y Vargas, gitano de Jerez, de los Vargas de Jerez, casi ná en el cante, al que pusieron El Mono porque nació así de feo. “Pero baila muy bien -dice Candado-, tanto que era un mocoso y ya le llamaban para las fiestas y le daban mil pesetas, cuando a los grandes igual les daban cuatrocientas. ¿Y por qué ese niñato cobra más?, decían los otros. Y él: Porque tengo más..... pues eso. Tanto es así, que en su tarjeta de visita, ya que es El Mono, se ha puesto dos pal- meras cruzadas, y en medio dos buenos cocos”.
Jazz y olé
De la Bernarda y la Fernanda, me dice Victor Jou (“Pero el Candado de eso sabe más que yo», se disculpa) que es gente sin formalismos estéticos, gente pura, nada comercial. Son rancios. Es cante jondo... “En Zeleste siempre hemos hecho. jondo. Lo que no haremos nunca es canción española, para entendernos”, Y añade que entra dentro de la programación lógica del local: “Hay muchos puntos de contacto entre este género y el jazz. Es lo más ancestral”.
Y me cuenta Candado que yo estoy pez en la materia, que hay otro estilo, el laíno, de voz fina, aprendida, de escaparate. Así la voz de El Cabrero, o los grandes clásicos Vallejo y Chacón.
-¿Quién es ahora el mejor cantaor? -le pregunto.
-Bueno, la Llave de Oro del cante, que sólo la puede tener uno, el mejor, según la cátedra de flamencología de Jerez, cuyo actual presidente es Juan de la Plata, pues, la Llave de Oro la tiene Antonio Mairena, que lo canta todo.
-¿Y quiénes son sus delfines, sus posibles sustitutos?
-Los mayores candidatos son El Chocolate, Fosforito y Meneses. Pero es que hay que diferenciar entre los cantaores payos y los gitanos. Fosforito y Meneses son payos, y los candidatos más firmes. Para mí, el sucesor serial El Chocolate.
Bibliografía
-El lerdo en la materia que quisiera saber algo de flamenco, ¿dónde puede aprender?
-Hay cuatro o cinco libros fundamentales. De Cádiz y sus cantes, de Fernando Quiñones, Mundos y formas del cantes flamenco, de Ricardo Molina, Confesiones de Antonio Mairena, libro que le escribió Molina, y otro que se llama Recopilación de cantes flamencos, o algo así, de Demófilo o sea, Antonio Machado y Álvarez.
“La gente de Julián Peiró”
Artículo publicado en el Periódico de Cataluña