Benavent fue capaz de introducir un nuevo elemento al sonido flamenco que se estaba gestando a finales de los años setenta, dejando una huella inconfundible en los trabajos en los que se ha visto involucrado, siendo muchos y variados.
Formó parte del Sexteto de Paco de Lucia y trabajó en varias producciones junto a Camarón, lo que sin duda, le sirvió para definir ese Bajo personal, que le abrió puertas a ser reclamado por destacados músicos de la escena internacional.
A partir de entonces el flamenco iba a formar parte de su discurso.
Poble Sec, Barcelona, 1 de marzo del 1954.
“Empecé a tocar el bajo con trece años, atraído por el blues, por Jimmy Hendrix… Copiaba a aquella gente y aún me quedan ramalazos, aún me sorprendo fraseando, metiendo una cosita de blues, lo mismo que una de flamenco”.
En 1967, en una ciudad en ebullición, forma el grupo: Crack, en el 1969: Maquina y en el 1975: Música Urbana; todos giraban en torno al jazz-rock-blues, siendo vanguardia en el sonido nacional. Pero poco a poco el sentido común les hizo buscarse en una conciencia más local, lo que los convertía en más originales, internacionales y vanguardistas.
“Había una gran emoción, pasaba algo. Había muchas ganas de hacer cosas. No había tantas cosas como ahora pero había mucha fuerza, mucho interés, la gente experimentaba, se hacían cosas nuevas, era una época muy creativa”.
“Cuando empecé eran Jimi Hendrix, Cream, Jack Bruce, Chick Corea, Stanley Clarke, Jaco Pastorius… Cuando apareció Jaco fue una revelación para muchos de nosotros. Como bajista si le he mirado más, aunque me he fijado más en guitarristas. Cuando empecé con el flamenco intenté ser una prolongación de la guitarra de Paco”.
“Con Música Urbana sacamos dos discos, el primero homónimo en 1976 y el segundo llamado Iberia, un par de años más tarde. Fue mi master class: como si hubiera ido a estudiar fuera, porque en aquellos tiempos no había Berkley, no se podían estudiar este tipo de cosas, no había escuela. Solo estaba la opción de estudiar música clásica, que yo estudié durante unos dos o tres años, pero estas cosas había que aprenderlas por tu cuenta. Conseguir los discos y prepararte la música. Música Urbana fue mi escuela y Amargós fue quién me dio el apretón gordo. Me preparó para lo que me vino luego. Cuando empecé con Paco de Lucía me vino muy bien haber estado con Amargós”.
“En Música Urbana empecé a tocar melodías españolas, nos entró la curiosidad por buscar en nuestro entorno más cercano como es el Mediterráneo. Amargós se compró una mandolina y teníamos ganas de acercarnos a lo más cercano, no tanto a los Estados Unidos que era lo típico”.
“Hay una base común, no sé si porque son músicas que vienen de pueblos oprimidos, pero tienen esa tristeza, esa profundidad… el flamenco, como el blues, es muy trágico. Y eso fue, precisamente, lo que me atrajo de esta música: la expresión, el ritmo, la vitalidad que tiene, la expresividad… Los acentos son exagerados, los zapatazos, los pellizcos”.
“Tendría que irse el bajista de Paco de Lucía a hacer el servicio militar para dar el paso definitivo. Jorge Pardo y Rubem Dantas me propusieron como suplente. Y me hicieron el casting. Me senté con Paco y, a los cinco minutos, ya se vio que aquello funcionaba, que había un camino por seguir. Y nos pusimos manos a la obra”.
“Fue de lo más importante que me ha pasado, aparte de Máquina! y Música Urbana. Allí encontré un camino, este sí, el camino que voy a seguir. Lo descubrí en cuanto me senté con Paco. Trabajar con Paco de Lucía es aprender. Aparte de las giras, grabé cinco discos con él y cuatro con Camarón.
"Para muchos éramos intrusos del flamenco".
“Al principio era un bicho raro, igual que Jorge Pardo. Lo que no fuera una guitarra y unas palmas era raro, hasta el cajón les parecía raro. Intenté involucrarme con la guitarra, como siempre he sido un poco inquieto con el bajo, salirme del papel del bajo, acercarme a la guitarra, intentar doblarlo, hacer voces. Hacer que el bajo sea más que un bajo".
“Estando con Paco en Japón conocí a Chick Corea. Se interesó por mí, llamó a Paco y le preguntó que si podía trabajar con él. En ese momento, Paco estaba de gira con Al Di Meola, y le dijo que sí. Me llamó Chick a casa, no veas que alegrón. Todavía alucino. Yo he tenido mucha suerte en la vida y he sabido aprovecharla. Debes estar preparado para aprovechar las oportunidades y que ser capaz de realizar una tarea superior a lo que tú sabes para que puedas subir unos escalones."
Su primer disco como solista:
“Después de la primera gira con Chick Corea, Mario Pacheco me dijo: tenemos que hacer un disco de bajos. Eran los comienzos de Nuevos Medios. Lo primero que sacaron fue el mío y el de Habichuela. Lo recuerdo como si fuera mi primer hijo”.
Otro de sus grandes momentos, Festival de Jazz de Montreaux 1991, dedicado a la música española.
“Toqué solo dos temas, pero fue como un sueño. Quincy Jones dirigiendo y Miles Davis a dos metros: a veces creo que lo he soñado, todavía no me lo creo. Me lo presentaron. Era un ídolo. Fíjate, que toda la orquesta se calló cuando entró a la sala de ensayos, hubo un silencio absoluto. Fue como si Camarón hubiera entrado en el Candela”.
“Curiosamente estábamos trabajando en una versión del “Soy Gitano” de Camarón el día que murió. Estábamos grabando unas bases y nos llamó Teddy Bautista y nos dijo que acababa de morir. Tuvimos que parar”.
Un trío, con Tino Di Geraldo y Jorge Pardo
“El Concierto de Sevilla es un disco en directo nacido de una anécdota: para una actuación no vinieron ni el cantaor ni el guitarra y salimos en trío. Nos gustó mucho y seguimos así. Me parece muy interesante la forma de trío”.
El Bajo
“Tengo dos, los empecé a hacer de taller, en vez de ir a la tienda de Prêt-à-porte, vas al sastre y te hace el traje a medida. Te acostumbras a eso y yo no quiero comprar uno, quiero diseñarlos. Mis bajos se caracterizan por el peso, me gusta que no pesen, los trastes son de mandolina, las cuerdas muy justas porque toco con púa… Son detalles que vas afinando poco a poco”.
“Mi bajo tiene cinco cuerdas, la quinta más aguda. En vez de sonar por abajo, como es normal entre los bajistas de cinco cuerdas, yo la uso más aguda para hacer acordes y tener un bajo piccolo, tirando hacia la guitarra. Me tuve que adaptar por el mero hecho de que no puedes hacer con un bajo todo lo que hace una guitarra. La técnica de la mano es increíble, así que yo con la púa me busco la vida, en eso sí que me he tenido que inventar el sistema”.
“Que la música que hago me sorprenda es seguir sorprendiéndome con el sonido que desprende mi instrumento. Esto es lo que te da estímulo para dedicar tiempo a estos proyectos”
"Camarón, Paco de Lucía y Amargós por los que me han afectado en mi manera de tocar”.