En su infancia tuvo tres descubrimientos esenciales: la literatura, el flamenco y el mar.
Surcando los caminos por los que exploró el cante, el toque y baile, descubrió algo más que una pasión, aprendió aquello que a veces la vida no enseña, pero existe, suena y duele. El flamenco lo doto de una potencia expresiva que aplicó en su obra literaria.
Pero el tema, se convirtió en una constante y quiso aportar una labor documentalista con ensayos, escritos y algún libro, entre los que destaca: “Luces y sombras del flamenco” (Lumen, 1975), con una excelente edición acompañada con fotos de Colita
Nunca se sintió orgulloso de sus publicaciones en torno al flamenco, más bien se convirtió en su obligación, un grito de rebeldía ante una sociedad que ni sabe, ni quiere saber.
En cambio fue para él todo un privilegio su labor en los años 60 en busca de aquellas cantaoras y cantaores que conservaban las viejas esencias del flamenco. Archivo del cante flamenco (1968) recoge la expresión del flamenco doméstico, con artistas insólitos que repartían su arte en patios, en los cuartos de cabales, en modestos tabancos, pero de quienes no había registro sonoro. Fue publicado por la discográfica Vergara constituyendo un documento étnico-musical para la historia: 77 cantes con: Juan Talega, Manolito de María, El Negro de El Puerto, Luis Torres, Joselero, Tía Anica La Piriñaca, Perrate de Utrera, Manolito de María, Tío Borrico, Santiago Donday, Tomás Torre, Manuel de Angustias, o las guitarras de Diego del Gastor y Antonio de Sanlúcar … Los grabó con una metodología inédita hasta ese momento: en sus medios naturales, a pie de calle o más bien de reunión, de fiesta, posibilitando una atmósfera natural, lejos de estudios de grabación,
En aquella casa madrileña paraba el primo de Vicente: José Mercé, que lamentaba igualmente la pérdida del “tío Pepe, como nosotros lo llamábamos”, a la vez que recordaba que produjo y escribió todas las letras de su primera grabación, Bandera de Andalucía.
Descanse en Paz, José Manuel Caballero Bonald, su obra no se limita a lo mencionado, pero sin duda uno de sus anhelos era y debe ser, reivindicar el flamenco como nuestro arte más genuino.