En el mundo del flamenco, Morón no es un lugar de paso: a Morón hay que ir y a Barcelona, también.
Al cantaor Luis Torres Cádiz, Joselero, cuñado de Diego del Gastor, y figura clave del cante de esa zona lo podemos vincular a Barcelona ya en sus inicios profesionales, fuera de las fiestas de señoritos que tanto odiaba su cuñado, aquí pisó los escenarios mucho antes de que el mundo Zeleste condal empezase a coger otros rumbos.
La sala Zeleste de Barcelona en 1975 era el templo de la música moderna y programaba actividades de todo tipo, el flamenco tuvo su espacio en el amplio abanico que paso por la sala, también pasaron los sonidos negros de Morón.
El causante de tal aventura fue un joven Toti Soler aducido por la guitarra de Diego del Gastor.
“El flamenco era una cosa que me intrigaba, pero lo desconocía absolutamente hasta que hice un viaje a Andalucía y de repente empecé a notar las vibraciones, o como quieras llamarlo. Me busqué un profesor, hice viajes allá, empecé a estudiar. Y fue el interés, porque yo nunca hago nada para ganar dinero, sino porque me gusta.
Creo que el flamenco es algo que hay que vivirlo. Quizá nacerlo... pero vivirlo más.
El flamenco es una música que ha salido de un pueblo y es una música natural. Una música que lleva siglos funcionando como otras músicas de todo el mundo.
Hace falta sentirlo. Y mucho”. Toti soler
De ahí, lo de Joselero, cuñado del genial tocaor, por Zeleste y según cuenta un asistente:
“que la sala estaba llena de jóvenes educados en otras músicas y unos pocos gitanos. Los jóvenes, expectantes; con la curiosidad propia de quien no ha asistido nunca a una actuación de cante y los gitanos perdidos en aquel ambiente ajeno para ellos. Las alegrías, soleares y los tangos se apoderaron de Zeleste y creo que muchos jóvenes asistentes descubrieron algo nuevo”.
“Os voy a cantar por solea, a gusto, y ya esta”
Junto con la guitarra de su hijo Diego Torres Amaya, dejaron una grabación en directo con un cante por cantiñas, otro por tangos, dos cantes por solea y un toque por tarantas, publicado un año más tarde por Edigsa.
"Viva Barcelona que saben escuchar"
Tarantas, sólo guitarra, herencia Diego del Gastor
"Viva tu que lloraba tu tío Diego cuando te escuchaba"
En 1976 vuelve Joselero y su hijo Diego a Zeleste, de esa noche dejo Jordi Tarda un artículo publicado en Disco Express:
“Mucho ambiente flamenco en la sala.
'Señores, vamos a cantar primeramente una soleá para hacer el amor”
Soy arroyo y no me enturbio
y aunque me caiga una tormenta
yo me mantengo tan claro
y luego unas bulerías que tienen cuarenta años y se llaman “Los pajarillos”
Solitos quiero que amen
solitos con mi recuerdo
solitos con mis pesares
sirve a modo de presentación Joselero.
"Y el Joselero se fue a tomar unos chatillos y vuelta a flamenquear otra vez. La segunda parte está iniciada ¡toma castaña! por un,
'señores les voy a cantar un cante bueno que se pega a los riñones, unas seguidillas por gitanos'.
Joselero se desenvuelve magníficamente en este campo -apunta el Esteban-, mientras Dieguito es motivo de elogios
¡viva los toques de majestad!
¡viva la pureza gitana!
yo me mantengo en mi fe
yo soy un cuadro de mi tristeza
'Seguidamente voy a cantarles un tango de creación mía. Gitano'.
El tango es lo mejor de la noche
la virgen va caminando solita
y no lleva más compañía
que el niño en la barriguita…
En todo el vecindario
no hay nadie que me dé una escopeta
para matar a mí contrario…
En el monte mataron a mi caballo
y mi cuerpo cayó en la arena
El Joselero juega ahora con la voz y la ovación es de gala. Una feliz noche flamenca en el Zeleste ¡y que no decaiga, tío!".
Que no siga decayendo