"Susi, me lo puse yo. Tenía 7 u 8 años. Llegué un día a mi casa diciendo: “me llamo Susi, quiero que me digáis Susi”. Entonces, con la broma, empezaron a llamarme Susi en casa y ya se me quedó. Me enteré de que me llamaba Encarna con 17 años. Eso es muy fuerte. Un día estaba de juerga mi madre, como los gitanos de antes, y llegó la que me iba a bautizar, que era tuerta y feísima. Así que mi madre pensó: “madre mía, yo no le voy a poner a mi niña como a esta tía”. Pero se dieron la palabra y como antes había más respeto… Entonces llegó a la iglesia y le preguntó a una mujer: “señora, ¿usted cómo se llama?”. Le contestó: “¿yo? Encarnación”. Y mi madre respondió: “pues ese nombre le voy a poner a mi niña”."
Su padre, José María Amador y su hermano, Joaquín Amador: guitarristas, su cuñada bailaora: Manuela Carrasco, más una larga lista de familiares en primera línea del flamenco.
"Viene por parte de mi padre. Todos mis hermanos bailan, cantan o tocan. Menos mi hermana mayor, que murió, y mi madre. Con 7 u 8 años bailaba en un balcón que tenía en casa. Además cantaba copla, canción española. Nadie me enseñó ni me dijo nada. Nacía de mí. Mi padre, como era un gran guitarrista y tenía mucha vista, le decía a mi madre: “esta va a ser una de las grandes”."
" Cuando tenía 8 años me trajeron un disco de
Camarón
y me enamoré de su cante. De hecho empecé a cantar sus cosas y me llamaban “La Camarona”. Me quise quitar ese apodo de encima porque Camarón nada más que hay uno. En el flamenco, por ejemplo, muero con La Niña de los Peines, Tomás Pavón, Talega, Antonio Mairena… . "
Nació en Alicante, 1955.
"Mi hermano Joaquín y yo nos fuimos solos a Madrid. Éramos dos niños chicos. Mi padre nos dio dinero. Actuamos en los tablaos más grandes. Esto no lo he contado nunca. Recuerdo en Torres Bermejas, cuando tenía 14 años, que era muy guapa, delgada y con mucha fuerza cantando y bailando. Sin embargo, el dueño del tablao no me quería porque decía que tenía una voz “muy rancia”. Me dejó allí y estábamos Manzanita, Camarón, mi hermano, Lole Montoya, La Perla de Cádiz… Lo más"
"Bailaba muy bien y formé una buena con el baile en los tablaos de Madrid. Pero es verdad, cuando Paco de Lucía me escuchó cantar me dijo que me dedicara a eso. Entonces decidí centrarme en el cante. Era muy chica, me puse que no veas… Pero ya son muchos discos y he trabajado en los mejores sitios del mundo. Es verdad que estoy muy cansada porque el respeto se ha perdido"
Camarón.
"Como si hubiera sido mi hermano. Siempre estábamos juntos grabando. En casa con mi hermano, Tomate… Yo le hacía una paella que le encantaba. Era como persona igual que como cantaba. Él venía a Las Brujas (tablao flamenco muy reconocido de Madrid) a verme interpretar lo que él cantaba y se metía en un rincón. Moría conmigo. En la casa del padre de Paco de Lucía estaba él en un cuarto con Paco y yo en otro con mi hermano y el de Paco cantando."
Flamenco y el siglo XXI
"Vivimos en un mundo sordo y ciego. No hay respeto hacia nada, ni sensibilidad ni humanidad. Si lo hubiera, le darían su sitio a los que llevamos toda la vida luchando por el flamenco. Todo el mundo tiene derecho a trabajar pero no hay cultura musical. Está todo al servicio del turismo."
"No estoy retirada. Me tienen retirada. Estoy en un momento extraño de mi vida, desencantada, desengañada y desenamorada de la poca humanidad, del poco respeto, de los valores de las personas, del engaño… Y me he dado cuenta ahora. Todo es mentira. Estamos viviendo una vida de plástico. No hay corazón. Me han defraudado muchas personas y eso me duele bastante. Actualmente he hecho una cosa muy bonita, de una canción de Serrat, “Niño silvestre”, que trata sobre los niños maltratados. Me emociona mucho. Pero ahora mismo no estoy inspirada para cantar. Mi alma está enfadada aunque se revela. Me dice: “canta”. Porque cuando lo hago me siento bien, si no parece que no estoy viva. Es difícil explicarlo."
"No soy la típica que se queda encerrada en el flamenco"
La Susi, canta la mítica Roxanne de The Police por bulerías, cuenta que se enamoró de la música de Sting:
"Me encantaría conocerlo y que oyera la versión que he hecho para saber qué opina. Yo creo que le va a gustar, le gusta mucho el flamenco".
Pero ¿Qué pasaría si Sting quisiera cantar por bulerías?
La Susi:
"No puede".
Diego Carrasco:
"Para eso hay que ir antes a un bautizo o dos".
Y la cantaora remata:
"El flamenco puede llegar más allá de donde cree la gente. Nosotros nos podemos permitir el lujo de cantar no eso, sino muchísimas más cosas. Pero ellos no pueden hacer lo que nosotros hacemos, eso sí lo digo claro. Y espero que a ellos no les parezca horrible".
Descanse en Paz, La Susi.
Los flamencos merecen llegar a su plenitud con más dignidad artística.
Un recuerdo:
"Posiblemente un día en Madrid, en el Polideportivo. Camarón, Paco de Lucía y yo. “Los tres monstruos del flamenco” era el cartel. Formamos lo más grande. Me tocaba salir justo después de Paco de Lucía, que acababa de tocar “Entre dos aguas”. Llevaba conmigo a todos los de Ketama. Cuando salí, me senté y miré al público, empecé a cantar por malagueñas. Yo era una niña joven que conocían cuatro flamencos, imagínate la responsabilidad. Lloré antes de salir. Y madre mía la que formé luego. Un escándalo."