"Inventamos la rumba para cualquier hora, con mensaje"
José y Delfín Amaya, son hijos de una familia gitana proveniente de Vic.
Familia de la bailaora Carmen Amaya, desde niños tocaban la guitarra y cantaban en las fiestas gitanas y con mucho apego, a su: Barcelona.
"A mí me quitas de Barcelona y me matas"
Pero las cosas del destino quisieron que:
En 1952, José, naciera en La Coruña, y Delfín, en Oviedo, en 1954.
"Nuestros padres se dedicaban a la venta ambulante de telas para trajes y de muy niños vivimos en diferentes ciudades”
"Recordamos con mucha nostalgia aquellos viajes en tren, mirando los paisajes por la ventanilla".
En 1960, con una ciudad sumida en una total vorágine económico-social, se instalan definitivamente en Barcelona. Dieron vueltas por medio mundo, pero su ecosistema natural siempre ha estado entre el Barrio Chino y la Barceloneta.
Será, en esos inicios, en el seno familiar, donde se forjará el sonido de lo que unos años más tarde los convertiría en número 1, en cualquier lugar, y en cualquier momento.
El barrio era el del Portal. Nacía el sonido Los Amaya y las bases de los hits que los consagraron en Latinoamérica, U.S.A, Rusia, Alemania, Holanda, Israel o Japón, entre otros, y que cuando ya los daban por olvidados, resurgían con más fuerza.
"Cuando aún no estábamos casados y vivíamos en casa de mis padres, hubo una época en la que no parábamos de componer. Las grabábamos en un casete y las acumulábamos en un cajón".
El Paso, un bar, gallego, de alterne, en la calle Escudellers, la calle del ritmo, fue su verdadera universidad de la vida, su escuela era la familia.
"Era de un policía, que además coleccionaba música caribeña. Empezamos a actuar cuando todavía éramos menores y aquel hombre nos dejaba grabar sus discos, para que aumentáramos el repertorio. ¡Cómo se bailaba allí con el bugalú!".
"Antes te enamorabas hasta las trancas. Ahora no hay seriedad"
"Nos adoptaron y nos querían una barbaridad".
Allí forjan un discurso, que los definirá y marcará definitivamente. Las "mujeres de la vida", entran en su mundo, y siempre recordarán el slogan profesional:
"Cuando una puta quiere a un hombre, lo respeta a morir, haga lo que haga cuando tiene que trabajar".
"Inventamos la rumba para cualquier hora, con mensaje"
Sus primeros pasos en el mundo del espectáculo los dieron de la mano del guitarrista de Carmen Amaya, Andrés Batista. En 1969 debutaron discográficamente con temas como: El bueno, el feo y el malo; Zapatero remendón; Pena, tristeza y dolor o Bailadores.
Cuando Los Amaya eran gitanos 'hippies'. "Y lo seguimos siendo", puntualiza Pepe.
"Es que no había tiempo para virguerías"
Video:
Caramelos, versión acústico-flamenca, sona a Rumba.
"Se grababa en directo, en dos pistas. Todos juntos: guitarras, palmas, voces. En una mañana, te sacabas fácilmente uno de aquellos epés de cuatro canciones. Y nos íbamos a celebrarlo a la calle de la Cera".
Video:
Vive la Vida, rock gitano.
Saltan a la fama en 1971, con el tema de gran éxito: Caramelos y en 1977, de la mano del productor Tony Ronald, firman con la compañía RCA. Adaptan su sonido, convirtiéndose en los reyes del medio tiempo, creadores del hit de la música moderna: Vete.
"La rumba era cosa de borrachera, las discotecas lo pinchaban a las cuatro de la mañana. Y nosotros inventamos la rumba para escuchar a cualquier hora, con mensaje".
No pudieron mantener tanta genialidad mucho más, siguieron grabando y actuando, pero sin la calidad ni la repercusión de que habían gozado.
En los ochenta llegó la decadencia.
"Tenemos unos pisos alquilados. Las mujeres llevan un bar y una peluquería. Y luego están las liquidaciones de la SGAE, hay allí 200 canciones nuestras registradas. Oye, ¿tú sabes cómo funciona eso de la SGAE?”.
Esperamos que la fortuna haga que algún tema de Los Amaya, los vuelva a convertir en, lo que son: Número 1.