Pedro Pubill Calaf
“Cuando vine al mundo, el 26 de marzo de 1935, fue “de prestao”, en una casa de buena gente, la familia Soriano, que dejaron a mi madre para que me pariese”
“Vivíamos en Mataró, en un descampado, allí teníamos nuestro campamento gitano con cuatro barracas hechas con madera, tochos, telas y piedras para aguantarlo todo. Delante de las barracas se levantaba una pared con argollas clavadas para atar los caballos, los mulos los burros que “els senyors” traían para esquilar; este era el oficio que ejercían mis tíos con gran maestría”
“De pequeño di mucha vueltas, pronto vine a Barcelona, a la calle Salvadors, 12. Recuerdo que nuestra casa siempre estaba llena de gente y yo iba de una casa a otra, de un sitio para otro, sin parar. La venta llevaba a mis padre a Vic, Manlleu, Ripoll, Puigcerda, Girona, Palma, Menorca…., nos quedábamos un mes o dos en algún lugar y después volvíamos. Alguna vez mi madre, cuando acaba el trabajo, no se acordaba en que casa me había dejado”
Después de sus inicios como guitarrista por locales de Barcelona y la costa, da el salto a Madrid. El Pescadilla tenía la ciudad alborotada y necesitaba refuerzos catalanes para animar, la noche madrileña, de finales de los cincuenta. Gitanillo de Triana lo contrata en su local “El Duende”:
“En “El Duende” todo era magia: los artistas, los camareros que tanto servían una copa como se ponían a bailar por bulerías, el público donde te podías encontrar al vicepresidente de cualquier país al lado de un torero que se arrancaba a cantar por fandangos, la gente vibraba. También venían asiduamente Manolo Caracol, y el Pescadilla con Lola Flores, se sentaban en mesas diferentes - el ambiente se cortaba a filo de navaja -",
Lo demás es historia pública, nace uno de los protagonistas de la Rumba, banda sonora de una época.
Peret, llevó la Rumba a sus momentos más comerciales, tuvo un talento particular a la hora de crear sus temas, gozando de una gran popularidad. Para profundizar en su vida tan agitada, les aconsejo el libro “Peret: l´anima de un poble”, de su sobrina paya Cèlia Sànchez-Mústich, de donde hemos extraído alguna cita, gracias.
Murió el 27 de agosto de 2014, defendiendo, hasta que el cuerpo le aguantó, su reinado en la rumba. Nunca le gustó que la denominasen –rumbeta-, igual que a los flamencos no les gusta el diminutivo, -flamenquito, estos son para comer-, ¡sobran las palabras!
Como nos dejó cantado, que nadie le mande flores, que le lleven hierba buena, que alegra los corazones.
Video: Año 1972, Peret, en plena forma, tremenda banda y conectadísimo con el sonido del momento. Ese año Isaac Hayes, con su sonido Shaft, está pegando en las pistas de baile negras americanas, ese mismo año en Barcelona sonábamos así: en el Cine Padro.
En medio del barrio gitano del portal, para su gente, una de los pocos temas cantados en calo, el único de Peret: CHAVI.