El Flamenco, en la Barcelona de finales de los 40, cuando aún era tremendo foco de atracción y bullía por sus calles, cuenta con un sinfín de historias a punto de pasar al olvido.
Conchita y “Bendito”, conocidos en Cádiz como los patriarcas del compás, se enamoraron y casaron en Barcelona. En 1953 con otro paisano “Cascarilla”, y también en Barcelona, forman los Gitanillos de Cádiz y recorren medio mundo, para volver triunfales a su tacita de plata.
Sus escenarios, condales, desde el Palau de la Música, a los grandes espacios del género:
“Villa Rosa ", “La Macarena” o "El Catalán”.
Y sus compañeros, entre otros, El Pescadilla, padre e hijo, Manolo Caracol, Beni de Cádiz, Peret, Chano Lobato o Rafael Farina.
Esta es su historia y sus protagonistas:
'Bendito', Alfonso del Valle Scapachini. Bailaor y palmero.
“Nací en la plaza de San Juan de Dios. Mis padres fueron Antonio del Valle y mi madre Luisa Scapachini Jiménez, era cantaora, conocida con el sobrenombre de "La de los ojos bonitos". Mi abuelo paterno, Alfonso, también era flamenco. Mi padre murió joven y como éramos cinco hermanos entré a trabajar en el muelle pesquero, de cuatro de la madrugada a doce del mediodía, por seis pesetas, y también cargaba y descargaba nieve para los barcos.
Allí en el muelle trabajaba el cantaor Chano Lobato al que ya yo le bailaba por bulerías. También frecuentaba rincones festeros como 'La Costa Azul', la tienda de la Habana o 'La Parra de la Bomba' y me iba a la puerta de la sala de fiestas 'Pay Pay' para ir luego a las juergas que al salir organizaban algunos clientes en la Venta de la Palma, en las que se podía ganar cinco duros. Un día Pericón de Cádiz me llamó para ir a cantar al barco " Villa de Madrid". Después de bailar oí al capitán del barco comentar con el contramaestre que yo podría ganar un buen dinero en Barcelona. No se me olvidó y cuando el barco regresó a Cádiz, donde había mucha hambre y mucha miseria, me metí de polizón rumbo a Barcelona, donde trabajé en las salas 'Villa Rosa' y 'La Macarena'.
“Conchita”, Concha Aranda.
“Nací en la calle Yedra, en el barrio de Santa María. El baile me atrajo desde joven y mi padre me apuntó en la única academia de baile que entonces existía en Cádiz, la de Bernardo 'El Aceitunero', pero no me iba ese tipo de "baile por lo fino" y lo dejé pronto. En mi casa vivía Eloy Blanco, el guitarrista, y se celebraban muchas juergas flamencas, a las que me invitaban a bailar. Allí empezó todo.
En 1946, cuanto tenía 15 años, me fui a Barcelona formando parte del cuadro flamenco "Los Chavalillos de España", con los gaditanos Antonio Mera 'Almendrita' y Paquito Gutiérrez. En el cuadro el primer bailarín era Goyito Reyes y cantaba Naranjito de Triana. A Bendito ya lo conocía de Cádiz, pero allí nos hicimos novios”.
"Al año de estar en Barcelona, donde me buscaba la vida con Rafael Farina y Antonio González 'El Pescadilla', el marido de Lola Flores, volví a Cádiz con dinero, un reloj, varios trajes y hasta una gabardina, aparte de varios pares de zapatos. Antes de irme a Barcelona los zapatos me los regalaba don Dionisio Akron, el dueño de las fotos que había en la calle Ancha, que gastaba un 42. Yo tengo un 37 y los tenía que rellenar, porque si no al andar me hacía la mosqueta al darme en la nariz con la puntera. Nos hicimos novios en 1946, cuando Conchita trabajaba en la sala "La Macarena", y el 5 de septiembre de 1951 nos casamos en la parroquia de la Merced”. Bendito.
"Los Gitanillos de Cádiz".
"Fue en 1953, el mismo año que nació mi hijo Alfonso, bautizado en la basílica de la Merced de Barcelona. Lo formábamos el recordado José Vargas Fernández 'Cascarilla', que también llegó a Barcelona como polizón en el "Villa de Madrid", Bendito.
“Cascarilla”, José Vargas Fernández, cantaor.
Nació en el Barrio de Santa María un 4 de abril de 1929, proviene de una vasta estirpe flamenca.
Por parte paterna, estaba emparentado con Joseico, Tío de la Perla y con Juana Cruz, madre de Camarón. Por la materna; con Gaspar Fernández Espeleta, hermano de su madre y padre de Alfonso el de Gaspar y con Paulita Fernández que a decir de los antiguos habitantes de su barrio:
"bailaba estupendamente en la superficie de una losa de 35 x 35, sin salirse un ápice de su perímetro".
Con apenas 10 años, fallecen sus dos padres en el intervalo de apenas un año, lo cual obviamente marca su carácter y su modo de vida, dejando el colegio para "buscarse la vida". Se dedica a cantar por el muelle, La Bella Sirena, bar Pepín, Calle Nueva, pero según sus propias manifestaciones, sin resultado alguno, pues solo le querían pagar con vino, así que decide meterse a polizón en un barco y viajar a América. Lo descubren y lo devuelven cuando el barco iba por el Faro de las Puercas con un práctico a Cádiz.
No sería su única aventura, pues cuando cumplió los 16 años se embarca nuevamente de polizón, rumbo a Barcelona, en el buque Villa de Madrid escondido tras una piña de plátanos y gracias a la comprensión y ayuda del mayordomo del barco, pasa a formar parte de la Sala Macarena de la Ciudad Condal, siendo su primer tocaor, Antonio González, padre del Pescadilla.
Los Gitanillos de Barcelona, a París y a la conquista de medio mundo.
“Actuamos en Barcelona y luego nos ofrecieron ir a París. Conocimos a grandes artistas de entonces, como Rita Hayworth, Gary Cooper y Anthony Quinn o Brigitte Bardot, mientras que actuábamos en tablaos como 'La Guitarra', 'La Puerta del Sol', "La Venta', 'El Catalán' y en El Teatro de las Naciones, donde nos ofrecieron un homenaje”, Bendito
“Estuvimos diez años viviendo en dos hoteles, concretamente en 'La Luisiana' y 'Bordeaux' , y luego nos mudamos a un apartamento. Allí vivimos el Mayo de 1968. Holanda, que recorrimos durante tres meses de verano en los años 60 junto con Josefine Baker, la bailarina, que era conocida como la "Venus de bronce", la "Perla negra" y la "Diosa criolla", y con Narciso Yepes, el conocido guitarrista clásico español.” Conchita
“Fueron muy buenos años. Recuerdo que, por mediación de Juan Vargas, el de la venta de San Fernando, también viajamos a México Distrito Federal con Manolo Caracol, en una gira que duró un año y que incluso quiso que prorrogáramos después a Argentina, concretamente a Buenos Aires.” Bendito
“Trabajamos con Lola Flores en Madrid, con la que actuamos varias veces en Televisión en el programa 'Galas del Sábado', además de en los tablaos 'Torres Bermejas' y "El Duende', en Barcelona en la sala 'Catalán' y en la sala 'Tío Pepe' de Bruselas. También en 1971 realizamos una gira por Australia que duró cerca de dos años, actuando en varias salas de fiesta de Sidney.” Conchita
“Grabamos una docena de elepés, visitamos medio mundo, fuimos a Australia, inauguramos en Cádiz 'El Tablao', en la calle Santa María de la Cabeza, con Fernanda y Bernarda de Utrera, El Chocolate, José Meneses, Fernando Terremoto y María Jiménez, entre otros artistas. El grupo se deshizo después de 17 años juntos y en 1997 el Ayuntamiento acordó ponerle el nombre de 'Los Gitanillos de Cádiz' a una calle en el barrio de La Laguna.” Bendito
Uno de los elepés, contó con la guitarra de un joven Peret, y un tema fue:
“Rumba gitana catalana”
“Nos vinimos para Cádiz y a partir de 1974 nos dedicamos a la enseñanza del baile flamenco con academias en El Cantábrico y en las peñas 'Canalejas', de Puerto Real, y 'La Amistad', 'La Perla de Cádiz' y 'Juanito Villar', hasta que nos llegó la edad de la jubilación”.
“No se me olvida el homenaje, con motivo de la medalla de oro de la ciudad, que con ese motivo nos ofrecieron a principio de los años 80 en el desaparecido Cortijo Los Rosales, en el parque Genovés, al que se sumaron Fernando Terremoto, Camarón, Tía Juana La del Pipa, Chano Lobato, Juanito Villar, Chiquetete, Alfonso de Gaspar, Rancapino, Gineto y Pablito de Cádiz y el Niño del Mentidero.” Conchita
“Otro homenaje, a principio de los 90, fue en el Teatro Andalucía, porque estaban arreglando el Gran Teatro Falla. Allí estuvieron Fernanda de Utrera, Adela La Chaqueta, Mariana Cornejo, Alfonso de Gaspar, Manuel Sordera, Chano Lobato y Rancapino, entre otros”. Bendito
“Tampoco se nos olvida que tuvimos la suerte de bailar en el Palau de la Música de Barcelona, donde Conchita interpretó unas bulerías acompañada a la guitarra por Antonio González, el padre de 'El Pescadilla'. Compartimos cartel nada menos que con Joan Magriñá, que era primer bailarín y maestro de baile del Liceo.” Bendito
“No solo me volvería a dedicar al baile, sino que pienso que ahora lo aprovecharía más, aparte de que me ha servido para conocer medio mundo y a personajes de todo tipo, desde reyes a Jean Cocteau, el poeta y novelista francés.
En cuanto al baile flamenco actual, creo que sobra técnica y falta sentimiento”, Conchita.
“Yo coincido con Conchita, pero no me gustaría tener que estar de nuevo toda una madrugada aguantando a un tío de juerga por cinco duros. Aparte, la crisis económica afecta también a los artistas flamencos, que trabajan muy poco y por eso ahora ya no hay ni señoritos”, Bendito
Pasaron sus últimos años en esa ciudad, crucial en la historia y cuna del flamenco. Cádiz les rindió homenajes, nombró calles con su nombre o estatuas y no los olvida como embajadores de la ciudad en el mundo, cuando el mundo era grande, difícil y sólo al alcance de unos pocos.
“Ahora, cuando el tiempo es bueno, salimos todas las mañana a andar, desde las once hasta la una de la tarde, y en verano cambiamos el paseo por la playa de la Caleta. Las tardes las pasamos en casa. Tenemos una vida muy tranquila.” Conchita y Bendito.
Ninguno de los tres esta ya con nosotros, pero su legado y su vinculación a Barcelona, que siempre guardaron en el corazón, debe ser una confirmación que esta es una plaza de primera, en terrenos flamencos.
fotografía: Gitanillos de Cádiz, Gary Cooper -al piano-, Lola Flores y compañía.