Ana Peleteiro se colgó la medalla de bronce en la final de triple salto de los Juegos Olímpicos de Tokio 2020.
"Mi madre biológica es gallega y mi padre biológico no sé quién es. Mis padres no me adoptaron en Etiopía ni en Kenia, yo nací en Galicia, mis raíces son gallegas, pero la mitad de mis raíces, y se ve, yo soy negra, mulata, tienen que venir de África"
Los vínculos culturales, con alma, entre Galicia y África vienen de lejos, juntos influenciaron tremendamente en la historia de la música interplanetariamente y formaron parte del génesis de lo que llamamos, hoy, flamenco y de la mayoría de estilos musicales surgidos en América, proyectados al mundo entero.
La presencia de África en la península dejó un inmenso legado patrimonial, sobre todo en las comunidades que formaron parte de Al Andalus, pero parece que los vínculos, al menos emocionales, son mucho anteriores a esa parte de la historia, y curiosamente, los genes africanos se conservan con mayor presencia en una zona en el que la penetración musulmana fue aparentemente más escasa. En Galicia alcanzan el 11%, el mayor porcentaje encontrado en toda Europa, según un estudio publicado por la revista científica «Nature Communication», del catedrático de la Universidad de Santiago de Compostela, Ángel Carracedo, y Simon Myers, Peter Donnelly y Clare Bycroft, de la Universidad de Oxford. El estudio desvela, además, que genéticamente un gaditano tiene más similitud con un asturiano que con un almeriense, en la Península las poblaciones emparentadas se distribuyen en franjas verticales de norte a sur y no horizontales de oeste a este. Esta distribución, apuntan los investigadores, está relacionada con los movimientos de población durante la Reconquista.
Cómo llegaron los genes africanos a Galicia?
El estudio también revela otra característica propia del pueblo gallego, su minifundismo, que también es genético y es tradición, contando con comunidades aisladas sin mucho contacto con otras y que conservan ese gen africano de mucho antes en los tiempos. La conexión Afro-Gallega, sin duda, es anterior a Al Andalus, y aunque los dichos, dichos son, corría uno entre los gallegos, mal interpretado por la mayoría, que venía a decir:
“Cuando llegaron las primeras exploraciones (para el expolio material e inmaterial, intentando borrar y robar todo valor allí presente) por las pirámides de Egipto ya había un gallego esperándolos”.
La conexión con los pueblos africanos es mucho anterior a las invenciones, que aún hoy perduran, en torno a religiones, movimientos político-culturales y enriquecimiento de unos pocos en post de un pueblo ignorante de su pasado. Podríamos hablar de la conexión entre los hombres de las vacas, una conexión entre Fulani y Gallegos. Los Fulani o fulas, peuls, fulbes… según la zona, con unas características físicas y manifestaciones artísticas como un pueblo, eminentemente, mestizo. Muchos han planteado la hipótesis de que los fulani tienen vínculos fuera del continente africano y quizás los gallegos marcaron el límite en el noroeste peninsular.
No sólo genéticamente, en la música popular aún perduran vínculos mucho más claros y estos influenciaron en la génesis del flamenco.
La Alborada es mucho más que el espacio de tiempo necesario para que resucite el día, dicen que es música con más de cuatro mil años de tradición. Es el canto matinal a la luz roja del amanecer que pasó con el tiempo a reuniones de clanes, procesiones sagradas o romerías. Es la música que inicia la fiesta, que es pagana, anterior a Santos o Vírgenes, que salen en procesión, también a ritmo de alborada. En Galicia como en África el sincretismo ha sido el pan nuestro de cada día, nadie niega su pasado y es anterior a imperios religiosos con intereses económicos.
En el Flamenco y según los cabales:
“La alboreá es un palo flamenco que se ha basado históricamente en los cantes que los gitanos de Andalucía hacían en sus ceremonias de boda. El origen de la palabra procede del término alborada, en relación al momento en que las bodas son celebradas, al alba. También es llamada a veces alborá, albolá o alboleá”.
De donde surgen varias dudas:
La primera y, según mi experiencia, no sólo los gitanos de Andalucía cantan Alboreas en las bodas, se cantan en todas partes al sur de los pirineos, siendo exclusivo de estos lares.
Segunda, trajeron los gitanos las alboreas de su camino o lo asimilaron aquí. Hay constancia de la primera presencia de gitanos en la península en 1425, de paso por Barcelona, y con destino: Santiago de Compostela. En esos días Andalucía se había convertido en tierras de expulsión, en particular para los practicantes del Islam, perdiendo a gran parte de su población autóctona que habitaba toda esa riqueza material que perdura hasta nuestros días. Gran parte de su riqueza inmaterial se fue con todo ese éxodo. Según puedo yo entender la convivencia del gitano con la península y la asimilación de muchos rasgos locales fue en el norte, donde se forjaron gran parte de sus señas de identidad actuales y se cantaban las alboradas desde hacía miles de años.
Hay términos como tocador, cantador, bailador, piezas claves de estos menesteres, que quizás con su descenso a tierras del sur, evitaron pronunciar la d, y quizás a la alborada le paso algo parecido.
Volvamos a términos y palos cabales, que como la genética nos hablan de movimientos de norte a sur:
“La farruca, su origen se encuentra en el folclore del norte de España, y fue llevado a Andalucía a mediados del s. XIX por los mozos que iban a esa región a trabajar como temporeros, o a establecerse como taberneros o freidores de pescado, y sería después adaptada por los músicos andaluces, que la aflamencarían. La manera flamenca de este cante se popularizó enormemente en la primera mitad del siglo XX”
El corredor que une Galicia con el estrecho de Gibraltar, es mucho anterior de mediados del S.XIX, antes llegaron afiladores, aventureros, pescadores, mineros, músicos, marineros…y expertos en vinos y ganaderías, en particular, el vacuno, para ayudar a crear esos Toros y esos vinos que tiene Andalucía como bandera. Con ellos compartieron muchos caminos los gitanos y flamencos, si nos fijamos en la franja que va de Orense a Cádiz, tiene un flamenco y un aire diferente. Como en la genética, en la música, se percibe un movimiento cultural de norte a sur.
Además hay que apuntar que etimológicamente la palabra farruca puede proceder del árabe faruq, valiente, ¿Cómo llegaría a Galicia?.
Al bailaor sevillano Faíco, con la guitarra de Ramón Montoya, se le atribuye el baile de la farruca en el flamenco. El éxito fue atronador, y de ahí surgirán otras como la ya clásica de Antonio Gades, El Guito o la de Mario Maya.
“Una farruca en Galicia
amargamente lloraba
porque a la farruca
se le había
muerto el farruco
que la gaita le tocaba”
Baila, Mario Maya
A Faico y Montoya se les atribuye también la creación del baile del garrotín, género que suele atribuirse a los gitanos catalanes, leridanos en particular, pero quizás forme parte de los movimientos que se produjeron de oeste a este en la península y su génesis esta donde se forjó la farruca o las alboreas. Algo similar le paso al villancico catalán “El noi de la mare”, al toque Sabicas:
Ana Peleteiro es una muestra también que hay una realidad que une Galicia y África. La visión de una Galicia celta sería dejarla en algo muy reciente y que crea muchas distorsiones. Lo celta fue algo que llego del Sur a Galicia y nunca del norte, primero existieron gaitas al sur de Gibraltar y lo que debemos tener bien claro que no llegaron ni de Escocia, Gales, Francia o cualquiera otra región extranjera y destacar, que casi siempre han expoliado nuestros recursos materiales e inmateriales. Los vínculos llegaron de nuevo con la esclavitud, que siempre fue un negocio privado en manos de gentes sin escrúpulos, sólo basta con revisar las marcas comerciales de los rones del caribe, de los aceites andaluces o de las conservas gallegas, entre otros muchos. Hemos de tener presente que ante la prohibición de comerciar con África, los últimos en formar parte como esclavos en los ingenios azucareros fueron Gallegos, deberíamos hacer memoria histórica y pedir explicaciones. Todo eso no impidió que la banda sonora de esta salvajada es la que hoy se escucha en casa de los esclavistas, con acusadas mancanzas de ritmo y salero.
Juntos lucharon contra quien les hicieron ver era su enemigo, y nada cambió, y juntos hicieron La Revolución y las sedes de las empresas cambiaron sus sedes y nunca se lo perdonaron. Esperemos que los Mas i sus cosinets guarden o hagan un fondo común para encabezar la deuda, como pronto veremos saldrá en sus redes.
Ole Ana Peleteiro