"Apartado de la guitarra, no sé cómo expresar mis sentimientos,....., mis sufrimientos"
El Niño Miguel tuvo la honestidad de vivir sin ataduras, como pocos son capaces de afrontar, toda una vida.
Tocaba con la falta de prejuicios propia de los inventores de la guitarra flamenca. No cabe más emoción en menos compases.
Miguel Vega de la Cruz nace en Huelva por el 1952, en el seno de una familia gitana, arraigada en el mundo flamenco. De su madre, Ana, adopta los apellidos.
Hijo del tocaor Miguel Fernández Cortés: "el Tomate". Almeriense de origen, que aportó un nuevo sello, personal, al toque en la tierra del fandango, donde se le recuerda siempre muy elegante, en los inviernos con un sombrero tirolés y un gabán de tres cuartos a juego.
Miguel desde pequeño se ve fascinado por la sonanta, pronto su padre le prepara su primera guitarra. Siendo un niño, mientras todos dormían, esperaba que llegase su padre en la madrugada, después de buscarse la vida en las ventas y fiestas, que se daban en la noche de Huelva, para que le diese alguna nueva lección.
Quería conocer el lenguaje secreto del instrumento.
Con 8 añitos conociendo todo el legado paterno, se enfrenta al mundo, empieza a buscarse la vida con su padre en la Huelva flamenca de los años 60.
Desprovisto de academicismos, callejero en el noble sentido de la palabra, es decir elaborado de forma autodidacta en el trato humano y en paseos cotidianos por las calles de la vida, empieza a formar la leyenda del Niño Miguel.
Desde su infancia acompaña a primeras figuras del cante. Es en 1973, a raíz de conseguir el primer premio en uno de los concursos más emblemáticos para los guitarristas, el "Concurso Nacional de Guitarra Flamenca" en la peña jerezana de "Los Cernícalos", cuando su carrera se ve proyectada. Corre dentro del mundo de la guitarra y el flamenco, que en Huelva hay un gitano capaz de callar a cualquiera.
"Sólo dejé de tocar en la mili"
Se ve obligado a ir al servicio militar, un mundo donde su libertad se ve coartada. Sí a ese estado le acompaña, que debe de dejar de pasarse, día y noche, tocando su guitarra. Pronto surge un problema neurológico, que se le va desarrollando por momentos, afectándolo, ya, toda la vida. Al coctel sólo le falta añadir una adicción a la heroína que estaba en camino.
La expectación y admiración por su toque corre en el gremio.
Paco de Lucia se queda prendado de su toque.
En la Ciudad de los Niños se efectúa un festival flamenco: al cante Fosforito y Camarón, a la guitarra Paco de Lucía y Niño Miguel. Comienza el Niño Miguel con un solo de guitarra y al escucharlo Ramón de Algeciras y su hermano Paco, quedan asombrados, hasta el punto que Ramón le dijo a su hermano:
"Paco, tienes que apretarte, no veas cómo toca este gitano".
Paco se convierte en uno de sus grandes admiradores, desplazándose muchas veces a Huelva.
"Pasábamos noches enteras tocando la guitarra y era impresionante como tocaba ese hombre".
En una ocasión le ofrece un contrato en una sala de fiestas de Madrid, pero todo era un problema, pegas, trabas, evasivas. Por nada quería ausentarse de su tierra, de su ambiente y sus gentes.
Antonio Mairena, se queda fascinado en su casa de Sevilla al oír tocar a Miguel. Al cabo de unas horas, el cantaor le dice a Miguel:
"¡La semana próxima, te vienes conmigo a Almería, para tocarme! Estaremos 4 días y te puedes traer libres diez o doce mil duros".
"¿Y eso cuánto dinero es?"
"Cincuenta o sesenta papeles verdes de mil pesetas"
"¿Y cómo voy a ir hasta Almería?".
"no te preocupes, coges la camioneta de Damas hasta Sevilla y desde aquí nos vamos en coche con un amigo".
"Y si se cae la camioneta por un barranco y nos llevamos allí dos o tres días sin que nos encuentren, y Ana (su madre) no sabe dónde estoy y después las cuestas y curvas, que tiene que haber hasta Almería. ¡Yo no voy! pa que quiero tanto dinero, yo estoy mejor en Huelva".
Manolo Garrido Palacios, director en TVE del programa Raíces, acompañado de Camilo Gómez Cruz, van en busca de Miguel. Al llegar a su casa su señora, Fuensanta, les dice que estaba en un salón de juegos en el futbolín. Entusiasmado con el juego, le proponen un trabajo en una película y ganar un buen dinero.
“Yo estoy para que me hables de guitarra, llevo los tres partidos perdidos y me vienes tú a hablar de guitarra. Déjame tranquilo y vete ya, hombre”.
Graba dos discos, que son historia de la guitarra flamenca.
En 1975 aparece su primer LP: "La guitarra del Niño Miguel", al que seguirá en 1976: " Diferente". Grabo 19 temas que siguen siendo hoy actualidad y quebradero de cabeza para el que los quiere tocar.
Firmó contrato por 4 discos, pero cuando empieza a grabar el tercero abandona ese barco.
Se lo quiso llevar todo el mundo como guitarrista, contratos en la mesa, televisión dinero... y él prefirió seguir su rumbo. Acabó harto de las maneras. Renunció a hacer discos, a la fama, a la vida que, por su talento, debía llevar. Y en vez de brillar para la sociedad, como una estrella más, se convirtió en un queridísimo mito local y decidió volver a Huelva.
"Mi amigo es el mejor. El mejor amigo eres tú mismo"
Miguel vivió sus mejores años como un grandísimo artista, admirado por grandes músicos y guitarristas, consiguió que el nombre de Niño Miguel se convirtiese en uno los más grandes genios de la guitarra flamenca. Conocido y popular en todo el mundo, de manera especial en Japón, donde es un auténtico ídolo a pesar de que nunca visitó el país.
Vivió con su esposa, Fuensanta Fernández, su hijo Ángel y sus amigos del barrio de La Orden.
En contra de lo que puedan pensar muchas personas, Miguel, de joven y recién casado, nunca había tomado ni una simple cerveza, ni nada de alcohol, sólo Coca-Cola, algún refresco o café. Sin embargo, el éxito, los aduladores que le olían el dinero y la fama, la noche, las fiestas y otras sustancias que se manejan en estas reuniones, hicieron el resto.
Su vida dio un giro de 180 grados, sus problemas neurológicos se agudizan, cayendo en una espiral de autodestrucción que ya nadie pudo parar.
Sus biografías relatan que su última actuación fue en la III Bienal de Sevilla en 1984 , pero nunca dejo de crear, tocar y regalar el arte y la magia que llevaba dentro. Simplemente cambió los escenarios, por el escenario de la vida, la calle y el pueblo.
Un artista único que era capaz de crear una falseta prodigiosa con una guitarra sin apenas cuerdas.
Camarón y el Niño Miguel.
Ambos sentían admiración mutua.
En una actuación de Camarón por 1986, en Gibraleón, Tomatito decide avisar a su tío para que sea el encargado, esa noche, de acompañar al cantaor. Gibraleón está a 12 km de Huelva y el Niño Miguel asume el compromiso, acompañándolo como pocos podían hacerlo.
Por Mineras y Cartageneras:
Cuatro años más tarde y lógicamente cerca de Huelva, en Lepe, esta vez tío y sobrino, los Tomate, acompañan a José.
Por bulerías:
Miguel murió en 2013,dejando un vacío en Huelva, la guitarra perdía una de sus voces más originales.
Quedan 2 joyas en forma de disco, escúchenlos.