El creador del cante jondo en el saxofón, acompañado por la guitarra de un navarrico, graban en Barcelona, treinta años antes de que Coltrane, Davis o Parker, se lo pudiesen ni plantear, algo que suena más jazz flamenco que sus grandes obras.
“Es como un pequeño núcleo. Tienes que hacer que crezca, sin perder la esencia. Si rompes el núcleo, puede que salga música, pero no es flamenco”
Agustín Castellón Campos, guitarrista y elemento clave en la internacionalización del Flamenco. Nació en el número 7 de la calle Mañueta, de Pamplona.
Un gitano antiguo pero hombre moderno, con el respeto justo por la tradición, ni en exceso ni por defecto. Su virtuosismo y su toque tan gitano embelesaban a todo el mundo.
“La guitarra flamenca no se había tocado nunca nada más que en España, y no todo el mundo, muy poquita cosa. Entonces, desde que salieron mis discos, en los últimos treinta años, la gente se aficionó a la guitarra flamenca en cualquier lado del mundo”.
“Me crie en un ambiente flamenco. Mi familia era gitana, así que nos encantó el flamenco – incluso siendo norteños, de Pamplona. Mi padre tocaba la guitarra, pero sólo un poquito. Mi tío cantaba las falsetas o variaciones musicales, y yo las copiaba con mi guitarra. Jamás nadie me enseñó nada”.
“Mi primera guitarra me superaba tanto en tamaño, que no podía sujetarla. Así que toqué todas las canciones en el mástil”.
Recordaba que en la formación de su discurso musical contó con la influencia de dos guitarristas. De su tío Ramón Montoya aprendió la vertiente clásica y técnica. Y de “Manolo el de Huelva”, la vertiente más gitana del toque.
Con siete años actúa en público, por primera vez, en el teatro Gayarre de la capital Navarra, aún en pantalones cortos:
“La gente me tiraban monedas y yo saltaba para cogerlas”.
Con diez se traslada a Madrid. Descubierto por Manuel Bonet, debuta en el teatro El Dorado (hoy Teatro Muñoz Seca) acompañando a “La Chelito”. De inmediato causa gran sensación, nace el mito del Niño Sabicas, pronto llegará a ser reconocido como uno de los grandes guitarristas.
“Tocaba un fandanguillo y levantaba una mano y me quedaba con una mano sola y aquello fue una bomba”
Ya no paró, trabajando y alternando con la amplia gama de artistas con que contaba la escena flamenca en ese momento. En el video, una entrevista en Canal Sur en NYC, nos cuenta su presentación en la Maestranza de Sevilla con su vuelta al ruedo, también nos desglosa su punto de vista de los cantaores del momento:
Niña de Los Peines, Manuel Torre, El Gloria…. Aprecien su acento pamplonica, y la finalización de los términos cantador, tocador o bailador, hoy acortados. El flamenco también es del Norte.
Barcelona:
La primera vez que Sabicas vio a Carmen Amaya, ella estaba bailando en una taberna del barrio chino, Cal Manquet.
“Un cantaor me había llevado a la taberna. Carmen estaba bailando con unos cuantos. Era muy joven. Eran asombrosos los ritmos que salían de sus manos y pies”.
Esa noche nació una de las parejas artísticas que han dado más proyección internacional al flamenco: Carmen Amaya y Sabicas, el éxito estaba garantizado y el destino América.
¿Gitanos?
“Algunos tienen dinero, algunos no. Algunos van al cole, otros hacen novillos. Yo, personalmente, siempre he sido un caballero de bien, un señorito”
“Nosotros los gitanos, siempre nos reconocemos mutuamente. Tenemos un aire diferente. Soy gitano de la cabeza a los pies. También Carmen lo fue. Gitana pura ella”.
Como muchos artistas, Sabicas insistió desde el principio en vivir: “a mi manera”.
Una vez en la Habana una gitana que llevaba un clavel de color rosa quiso decirle la buenaventura.
“¡Vete!, ¿no ves que también soy gitano? ¡Sabes bien que nosotros los gitanos no tragamos esa falsa magia!”
Pero la mujer insistió. Le sacó la carta de las espadas y dijo que su padre iba a morirse pronto. Sabicas había sonreído sabiendo que su padre gozaba de perfecta salud. Pero en menos de dos meses la profecía se cumplió.
“Así que ya ves, los claveles son un mal presagio”.
Cuba tiene una influencia tremenda de la cultura gitana, de las tradiciones populares ibéricas y del sincretismo mágico espiritual, lo que nos une tremendamente ¿Por qué llegó a Cuba Sabicas?
Debido a conflictos sociales y las guerras, durante la historia moderna, se han extraído grandes beneficios económicos, lo único malo, a pesar del expolio y explotación, han sido los emigrantes. Quizás culturalmente, como algo no tangible, han sabido mover personas y sus costumbres, lo que ha permitido nuevas mezclas culturales, sobre todo destacables, las que mantienen nexos históricos.
Por estos lares explota una guerra in-civil, que provoca un nuevo éxodo, uno de los destinos fue, de nuevo, América. Allí desembarcaron Carmen Amaya, Sabicas y muchísimos flamencos más, para junto con los que allí habitaban crear parte de la mayoría de las bases de la música moderna actual.
Aunque uno de los principales motivos de su paso por Cuba era debido a que Carmen Amaya tuvo que dedicar unos días a aprender a escribir cuatro letras y firmar, sino no entraba en USA, y esperaban grandes contratos.
Pocos años antes el efecto llamada tuvo un sentido inverso. La ley seca, la primera guerra mundial y el crack económico del 1929 provocan grandes movimientos de huida. Entre ellos hay músicos, bailarines… quienes deciden embarcarse hacia Europa en busca de trabajo y un ambiente social más propicio, especialmente los excombatientes negros.
El caldo de cultivo que se cocía de los Pirineos para abajo, no tenía nada que envidiar al parisino o londinense, los años treinta aquí superaban el glamour europeo con creces. Si a esto le añadimos que muchos de los artistas que nos visitaron, en particular los de origen africano, aquí gozaban de una No Segregación, mientras que en USA era tenaz. Y sumamos que sus músicas tenían nexos comunes con las nuestras, pocos tenían con británicos o franceses, dieron lugar a que se retroalimentasen.
“Es como un pequeño núcleo. Tienes que hacer que crezca, sin perder la esencia. Si rompes el núcleo, puede que salga música, pero no es flamenco.
"El flamenco no tiene más que un camino. El público muchas veces no comprende lo que es el flamenco. Si a la gente le gusta una cosa, pues tienes que tocar eso, cantar eso. Pero cuando es el flamenco puro... con la verdad se va a cualquier lao del mundo. No importa que por el momento no te comprendan, ya hablarán de ti",
Sabicas.
El Negro Aquilino, saxofón jondo
“El saxofón flamenco, el negro de alma gitana, el creador y el único. Con su formidable espectáculo original moderno, internacional y castizo debuta en este circo.
Después de recorrer triunfalmente todas las plazas de toros en un espectáculo tan artístico como interesante, debutó anoche en Price esta notable agrupación musical, integrada por profesores de color, bajo la dirección del ya popularísimo Negro Aquilino ha acaparado todos los éxitos del año en una turné brillante, pródiga de triunfos económicos y artísticos.
Pero donde se desbordó el entusiasmo del público fue en la intervención del Negro Aquilino, con su ya célebre saxofón flamenco. Y, en efecto, el maravilloso saxofón de Aquilino matiza todo el “cante jondo” con el más depurado estilo. Es a ratos Marchena y Angelillo y Vallejo, en la interpretación del fandanguillo, milonga y malagueña. Aquilino paseó en triunfo anoche por la pista del Circo entre clamorosas ovaciones”. Publicado en “El Heraldo” de Madrid.
Aquilino Calzado González, nacido en el oriente cubano, vivió por estas tierras entre 1932-40, donde alcanzó los apodos de “El Saxofón Humano” y “El Mago del Saxofón”. Fue el pionero en cubrir la brecha entre el flamenco y el saxofón, un instrumento que nunca había sido considerado hasta su llegada. Su aportación fue tal que a menudo se le presentó como el “Vallejo del saxofón”, “Guerrita del saxofón” o “Marchena del saxofón”, apodos todos que lo compararon, por su arte y originalidad, con los maestros del cante en los años treinta.
Consiguió sacar la pasión y fuerza expresiva del cante de su instrumento, tocándolo como si estuviera cantando.
“Su saxo canta, más de lo que toca, con toda su emoción, todo su sentimiento, el cante jondo, el más flamenco de todos, el que toca tu alma. Es una voz humana la que escuchamos en estos fandanguillos, estas guajiras, estas milongas y medias granainas.”
“El saxofón canta más que interpreta, con toda su emoción, con todo su sentimiento, el cante jondo, el más flamenco de todos, el que sabe llegar al alma.”
Aquilino gozo de notable éxito y prestigio. Actuó con “Las Estrellas Negras” (The Black Stars) y “Los Ases” (The Aces), con el saxofonista jienense Fernando Vilches, y los cubanos, Negro Beltrán, pianista y el trompetista, Pedro Blanco. También trabajo con artistas norteamericanos como Harry Flemming o Josephine Baker, por las plazas de toros con en el espectáculo: “El Bombero Torero”.
Aquilino se introdujo en el mundo del flamenco del momento, ganó una atención especial por su trabajo con los guitarristas: Ramón Montoya, Manolo de Badajoz o Sabicas, que lo consideraban “el hombre negro con un alma gitana”.
Pero tocaba moverse, como se escapó de la guerra Sabicas, se escapó Aquilino y le perdimos el rastro. Ese fue un momento clave en la música moderna, América recibía un caudal artístico y humano, que aquí se hecho a faltar.
Negro Aquilino y Sabicas, grabaron en Barcelona, los temas:
-Maria Magdalena, versión del clásico del maestro Quiroga por bulerías. Un clásico del momento, en boca de todo, el mundo adaptado al flamenco y cantado por un saxofón.
-Asturianas por bulerías: adaptación de aires asturianos por bulerías. El flamenco también es del Norte, no lo duden.
-Media Granaina: adaptación de un palo flamenco. Aquilino recién llegado era capaz de adaptarse a patrones locales, lo cual me hace pensar que en ese momento Cuba era muy flamenca.
Estos temas recogen un espíritu y naturalidad, que se asemeja a lo que buscaban: Mingus, Coltrane, Davis u otros muchos jazzmen norteamericanos, aunque ninguno fue capaz de hacer cantar su instrumento como lo hacía Aquilino. Su técnica y habilidad con el instrumento no tenía nada que envidiar a ningún norteamericano, pero lo que estos no tuvieron hasta que llegaron los latinos, fue: ni la magia gitana, ni las tradiciones milenarias ibéricas, ni el sincretismo mágico espiritual, con la que un cubano se criaba en esa época, si era de los que pisaba la calle.
Sabicas compartió cartel con Coltrane y todos los demás lo adoraban, ¿Cómo ninguno fue capaz de acompañarlo?, no fue ni por color, ni por empatía, todo me hace pensar que nunca entendieron ni su música, ni sus tiempos, ni su capacidad de improvisación. Ante estas situaciones Sabicas nunca se vio motivado para ni intentarlo, le paso como con el inglés, sabía tres palabras y mal, lo que había que aprender ya lo había aprendido en Pamplona.
Muchos intentan desvirtuar y esconder grandes capítulos de la historia musical en post de intereses económicos, pero la música no es una empresa. Sin duende, sin que te emocione, no debería ser arte, simplemente pasatiempos adoctrinados.