La Península Ibérica fue el punto de entrada de las prácticas musicales africanas en Europa y, por lo tanto, ha sido una fuente de muchas innovaciones, el Flamenco es un claro ejemplo.
Seguimos en manos de gente, escondida en falsos disfraces progresistas, cuya única labor durante la historia, como ahora, ha sido: Robar, Imitar y Venderlo adulterado, borrando toda prueba, evidentemente.
Los esclavos han influido más en la historia de la música que los poderosos.
Ted Gioia, compositor, crítico, historiador, profesor, pianista y productor musical estadounidense, en su libro “La música. Una historia subversiva”, pone en relevancia la tesis de que la historia de la música ha condenado sistemáticamente al olvido las innovaciones musicales realizadas por la gente común, estas casi siempre se producen en los márgenes de la sociedad.
“Las innovaciones musicales surgieron repetidamente de grupos pobres y marginados muchas décadas antes de que aparecieran entre las élites gobernantes. Los nuevos estilos musicales siempre surgieron de la base de la sociedad y luego viajaron hacia arriba. Esta es una de las tendencias más poderosas y poco comprendidas en la historia de la música”.
“Otras formas de arte son diferentes. Alrededor de 500 personas adineradas determinan qué pintores y escultores están de moda. La arquitectura siempre ha estado controlada por los ricos. Las tendencias literarias surgen de las universidades y los grandes centros culturales. Pero la música es diferente. Una y otra vez, surgen nuevos estilos musicales de los barrios bajos y pobres. Eso fue así durante todo el siglo XX con el jazz, el reggae, el tango, la samba, el rock, el hip-hop, el soul, el ragtime, el blues y otros estilos. Pero también fue así hace miles de años. Desde el comienzo de la historia registrada, los esclavos y los inmigrantes han tenido más influencia en la historia de la música que los ricos y poderosos”.
“Muchas de estas canciones nunca se conservaron, fueron borradas de los libros de historia, nos damos cuenta de que entre el público circularon miles de canciones que fueron consideradas peligrosas por las autoridades. Es lamentable que los musicólogos hayan mostrado tan poco interés en estas canciones, pero nos dicen muchas cosas importantes sobre la historia de la música y la evolución de la cultura occidental”.
“Tratamos la música como si fuera un artefacto cultural, pero realmente deberíamos considerarla como una fuerza biológica. Ninguna obra de arte tiene tanto impacto en nuestro cuerpo. El latido de nuestro corazón cambia en respuesta a la música. Nuestras ondas cerebrales cambian. Las hormonas de nuestro cuerpo se alteran. Nuestro sistema inmunológico se fortalece. Una pintura o una escultura no pueden hacer eso, pero una canción sí”.
“El flamenco es un excelente ejemplo. Pero muchos otros tipos de música española tienen una historia similar. España fue el punto de entrada de las prácticas musicales africanas en Europa y, por lo tanto, ha sido una fuente de muchas innovaciones. Había escuelas de música en España hace mil años que enseñaban prácticas de canto africano, cuando eran desconocidas en otras partes de Europa. De hecho, la canción de amor moderna también llegó del norte de África a España por esta misma época; los trovadores de Francia se llevan el mérito por ella, pero la aprendieron de los músicos españoles”.
“Los musicólogos nos dicen que cada cultura tiene tipos de música completamente diferentes. Pero los neurocientíficos y los psicólogos nos dicen exactamente lo contrario: han encontrado propiedades universales recurrentes en la música. La historia de la música solo tiene sentido cuando aceptamos ciertos tipos universales de música. Las canciones de cuna existen en todo el mundo. Las canciones de trabajo existen en todo el mundo. Las canciones religiosas existen en todas partes del mundo. Considerar que la música de una sociedad no tiene relación con el resto del mundo es como negar su humanidad.”.
“La mayoría de las innovaciones musicales del siglo XX provinieron de músicos cuyas raíces y tradiciones africanas les dieron libertad para doblar notas [en inglés, bending, técnica que consiste en subir ligeramente el tono inicial de una nota] y crear sonidos que el sistema pitagórico no permitía. La nota de blues doblada, por ejemplo, no se puede escribir en notación musical occidental estándar. Hay todo un mundo de sonido entre las notas del teclado del piano. A la cultura occidental le costó 2.500 años aceptar este hecho. Y necesitábamos aprenderlo de África”.
“En teoría, la música digital ofrece a los oyentes opciones casi infinitas. Cada semana se lanzan miles de álbumes nuevos. Cada tipo de canción está ahí, esperando ser escuchada. Pero, en la práctica, Internet crea un mercado confuso en el que una pequeña cantidad de músicos se vuelven millonarios, mientras que todo lo demás se olvida. Como resultado, muchos oyentes no tienen idea de adónde ir para encontrar nueva música creativa. Es como darle a una persona solitaria una guía telefónica con un millón de números, y decirle que así será más fácil conocer gente nueva. Así es el mundo de la música digital hoy en día: hay muchos números, pero no hay una conexión real”