"Con esos ojos que tienes
Yo nunca te dejaría
Con esos ojos que tienes
Yo nunca te dejaría
Porque tienes ojos negros,
Negros de la morería".
Dolores Vargas lanzó “Achilipú” a finales de 1970, convirtiéndose en un éxito comercial sin precedentes para la artista, once años después de su debut discográfico. Con un sonido innovador y totalmente conectado con las frecuencias musicales en boga, en particular, la música negra norte americana, pero procesado por su Groove Flamenco Aplastante. Por algo le pondría el apodo de “La Pimienta” doña Carmen Amaya.
La canción, compuesta por su marido y la colaboración de Felipe Campuzano, acabó siendo frecuentemente versionada, no sólo por artistas nacionales como Las Grecas. Cruzó mares hasta América, con el Gran Combo de Puerto Rico o Fruco y sus Tesos, desde Colombia; para volver a África, colaborando en la creación de la música moderna en el Oeste del continente, formando parte del repertorio de Africando.
María de los Dolores Castellón Vargas nació el 16 de mayo de 1936 en Barcelona. Hija de gitanos catalanes del barrio de la Bordeta dedicados a la venta itinerante y hermana de Enrique Vargas 'El Príncipe Gitano'. Cuando él era una gran estrella y ella tenía solo 11 años, debutó en su compañía. Y a ella irían dedicados los famosos versos:
“El trigo entre todas la flores
ha elegido a la amapola
y yo elijo a mi Dolores
Dolores, Lolita, Lola”.
Fue su hermano quien estrenó tan popular canción y sugirió a sus autores homenajear a su hermana.
"El Poromponpero» rumba compuesta para él, en 1960, con música de Juan Solano Pedrero y letra de José Antonio Ochaíta y Xandro Valerio, se convirtió en un hit.
A los dieciséis años se casó con su primo José Castellón, Pepe, guitarrista y compositor de muchas de las canciones que Dolores grabó durante su carrera, que acabó con la muerte de su marido en 1987. Después sólo se la vio cantar en El Culto.
Murió el 07 de agosto, 2016.
Pero en el camino pasaron muchas cosas.
Así la recuerda en su pleno apogeo, Pedro Antonio Hurtado en: “ADIÓS A DOLORES VARGAS “LA TERREMOTO”, en directo desde Murcia.
“Con ella en el camerino.
Todavía recordamos, con no poco cariño, cuando, en la década de los años ’70, nuestro paisano, querido y ya desaparecido amigo, de Ceutí, Juan Antonio Ayala Meseguer, propietario de la terraza de verbenas y espectáculos anunciada con su primer apellido, nos invitó a presentarle en la actuación que realizó en el escenario de sus ceutienses instalaciones, cuando revolucionó a unos asistentes entre los que no cabía ni un alfiler, porque “La Terremoto” atrapó con su dominio del escenario a su legión de seguidores que disfrutaban con su arte, su repertorio y su fuerza interpretativa, lo mismo que disfrutarán, ahora, quienes quieran hurgar en sus canciones, escucharlas en este nuevo siglo y observar que no han perdido vigencia en su forma, en su rabia, en su contenido y en su género, porque ella fue verdaderamente única. En el camerino, sin embargo, era sencilla, amable, cercana, comunicativa y humilde, aunque rezumaba arte a borbotones en su expresión, en sus rasgos y en esa raza gitana que lucía con orgullo y que no podía disimular, aunque nunca lo pretendiera”.
La Terremoto in U.S.A.
A raíz de la estancia de Dolores Vargas y Pepe en Cannes, por 1958, el destino le hace compartir escenario con Edith Piaf. Quedó tan impresionada con la actuación de la catalana que la francesa invitó a su nueva amiga a Estados Unidos, donde hizo los arreglos para que apareciera en el programa de máxima audiencia, el Show de Ed Sullivan.
El 19 de octubre de 1958, los que sintonizaron el programa en CBS vieron su debut televisivo. El encargado de hacer su presentación a la audiencia fue Robert Taylor, un show en el que también coincidiría con Dean Martin.
Su actuación gozó de tanto éxito que pasó los siguientes dos años viviendo en Estados Unidos y desde allí viajar a otros países latinoamericanos.
Durante su estancia en Estados Unidos, comenzó su carrera discográfica con el sello Brunswick y posteriormente con Decca.
Otra noche en New York
Mientras actuaba en el cabaret neoyorquino: “Vienes Center”, recibió en su camerino a Aristóteles Onassis. El magnate griego la pretendía contratar para una actuación privada, a lo que la artista se negó con la excusa de un cansancio extremo, a pesar que Aristóteles le exhibió la chequera indicándole que fijara la cantidad que quisiera para acceder a sus pretensiones. Momento en que intervino su esposo para declinar la suculenta oferta, ante lo cual el griego le dio por romper botellas, vasos y demás enseres, generando una cierta tensión. Todo acabó en risas cuando el capo marchó, la Barcelona que tuvieron por escuela fue maestra para la génesis de la noche neoyorquina.
En esos momentos, sin duda, la música negra en U.S.A. estaba revolucionando el panorama mundial con un sonido original, sin renunciar para nada a su pasado. La Terremoto, con intuición y personalidad, se impregnó de ese nuevo espíritu que bullía en los barrios de toda América, desde nuevayol a Colombia.
“La Piragua”: La Terremoto, ya de vuelta, graba una tremenda versión del tema, sólo unos meses antes de “Achilipú”
Una de las Cumbias en la música colombiana. Sonó por primera vez en 1969, pero José Barros, el genial compositor, empezó a gestarla desde cuando, a los 8 años, vio navegar por el Magdalena una canoa al mando de un cachaco vestido de blanco.
“La piragua” nació porque José Barros pensaba que su pueblo no tenía una canción que lo identificara.
“Y nada mejor que plasmar esos recuerdos de niñez sobre esa embarcación que llegaba desde Honda por el Magdalena hasta El Banco, llevando mercancías. Cubillos le contó toda su historia como navegante, pero también su vida, cómo se enamoró en Chimichagua, se casó y construyó una nueva chalupa para transportar productos entre ambos pueblos”, Katiuska Barros, hija del compositor.
La Piragua, versión Terremoto, claramente lo que vino a llamarse Rumba Catalana:
Casi en paralelo, estaba gestándose la primera orquesta de salsa de Colombia, definiendo su estilo, eligen versionar “Achilipú”.
Fruko y sus Tesos, surge en Medellín por 1970, fue la pionera en la difusión de la salsa colombiana al publicar su primer álbum “Tesura”. Fruko o Julio Ernesto Estrada, fue el líder de la orquesta, la voz la llevaron: Píper Pimienta Díaz, Saoko o Joe Arroyo, juntos formaron parte de la historia de la música latina. Fueron la primera orquesta colombiana en presentarse en el Madison Square Garden.
Además, gracias al talento de Fruko y al equipo artístico de Discos Fuentes, surgieron otras orquestas imponentes como: The Latin Brothers, Afrosound, Wganda Kenya, La Sonora Dinamita -en su segunda etapa–, y, Fruko & Orquesta, entre muchas otras.
Por esos días, como hoy, el Caribe era una fiesta. En la Isla del Encanto, se estaba preparando otra versión.
En 1971, el trombón de Fanny Ceballos entra a formar parte del
Gran Combo de Puerto Rico, definiendo un nuevo sonido en la orquesta. El primer álbum con ese sonido fue "De Punta a Punta" que incluyó temas musicales clásicos tales como "Don Goyo" y "Le dicen Papá". El disco ganó el premio al mejor disco en el Festival de discos de Oro de Miami. "Achilipú" estaba, también, como uno de los destacados del álbum.
La música ha viajado con las personas pero no siempre ha seguido los preceptos del imperio económico. La influencia de la música antillana en casi toda África ha sido evidente, de hecho parte de su música moderna surge a partir de estas. La conexión con el flamenco, es mucho anterior, pero espontáneamente surge una y otra vez.
Otro ejemplo “Achilipú”, Africando moliendo café.
A mediados de los ochenta, la música latina estaba muy presente en el Oeste Africano. Fruto de este movimiento surge la orquesta
Africando, con el objetivo de poner mano a mano la música de África y el Caribe. De lo que doy fe, es que en sus visitas por estos lares, su búsqueda de todo lo que suene flamenco, les interesa y les llega.
La Terremoto, se empeñó en reinventar su música que tanto significaba para ella, contribuyendo a que el flamenco y la rumba siguieran siendo relevantes. Sus grabaciones entre 1970 y 1975, se convirtieron en música ambiciosa e innovadora que incluía flamenco como base, pero con arreglos conectados con la actualidad, especialmente funk y soul.
Tras su jubilación hubo un resurgimiento del interés por su música. Una nueva generación de aficionados descubre algunos de sus álbumes en tiendas de discos de segunda mano. Inmediatamente, fueron conquistados por su magia y capacidad de trabajar músicas que no le eran naturales, convirtiéndola en una de las grandes del Funk Latino y la Reina del Gypsy Funk Català. Aunque entre el Funk Català, poco importa La Terremoto, suelen buscar referencias foráneas.