"Cuando acudes a la historia de Andalucía te encuentras con la de sus conquistadores pero no con la de su pueblo, que tiene una historia preciosa, aunque de sometimiento, pero con una existencia muy fuerte”.
“Ha entrado en una dinámica que es lo que le conviene a los grandes directores del mundo. Tener a la gente disminuida intelectualmente para que no cuestione las aberraciones que hacen los capitalistas”.
“A veces me paro y digo, Dios mío, cómo se me puede ocurrir a mí esto. Y entonces pienso, no absolutamente, no con toda seguridad, pero sí me da por pensar que alguien me está transfiriendo cosas que no entiendo cómo puedo saber”.
Manuel Muñoz Alcón, Sanlúcar de Barrameda, 21 de noviembre de 1943. Historia viva de la guitarra y el flamenco, que se merece algo más que una paga de 600 euros al mes, aunque para él el mayor agradecimiento es el aprecio con que le corresponden sus seguidores distribuidos por todo el mundo, un auténtico embajador cultural con la paga básica.
Después de más de quince años sin pisar los escenarios, sin coger una guitarra, acaba de publicar un estudio didáctico sobre el flamenco, donde pretende demostrar todos los intríngulis musicales, que gracias a una vida dedicada a la guitarra ha ido descubriendo. En él confluye la genealogía del flamenco: moriscos, sefardís y una abuela gallega, que gracias a la transmisión oral ha mantenido un sistema musical de la época de la antigua Grecia, que lo hace algo único; convirtiéndose, generación tras generación, en inspiración de lo que él denomina: música científica.
Se siente un privilegiado por forma parte de esa cadena natural de música. Con su obra pretende sacar ese tópico de que su música y la de los suyos es algo de bufones. Primero se convirtió en un gran guitarrista, sin olvidar que para que lo respetasen debía conocer la música científica y la dominó, y ahora que no puede tocar, la estudia para desbancar esos tópicos despectivos con que el flamenco se encontró y se encuentra.
"Tienen que saber que los guitarristas flamencos tenemos una tradición muy profunda y una responsabilidad. Porque, además, tradicionalmente el guitarrista es el propio compositor y debe enfrentarse a la música que él mismo ha creado, a diferencia de lo que sucede con los guitarristas clásicos. Por tanto, no tienes suficiente con una vida. Yo puedo garantizarte que he sido un absoluto esclavo de la guitarra como lo han sido mis compañeros que están a mi nivel profesional. Por eso muchas veces se habla con mucha injusticia, porque se creen que estamos divirtiéndonos y que somos unos chistosos y en realidad muy poca gente hay que se dedique tanto a la cultura.
He vivido con una conciencia que yo mismo me sorprendo de mí y de mis decisiones. Yo dije cuando empecé a viajar, y tomé conciencia absoluta de la guitarra, a esto me entrego la vida. Y nunca mejor definido que esa expresión: me entrego la vida. Todo lo que he hecho ha sido dedicar mi tiempo, mi capacidad, todo, a estudiar mi cultura y por eso, con perdón, he podido hacer cosas que no se han hecho jamás en el flamenco. Yo escribo mis obras sinfónicas. Eso no lo ha hecho ningún guitarrista flamenco y, bueno, tengo obras reconocidas en el mundo con una deferencia tremenda, como Medea, y he creado sistemas… todo ese tipo de cosas no las puedes hacer si no entiendes cómo se mueve la música científicamente.
Cuando yo entré en la guitarra flamenca fui, y he venido siendo, una persona muy afortunada. De entrada porque mi padre, siendo tan puro y tan noble en el flamenco, se puso enseguida a aprender música. Mi padre iba a Jerez a casa de Javier Molina, que junto con Ramón Montoya era uno de los guitarristas más destacados en aquella época. Mi padre se va a estudiar a Jerez con Javier Molina, va en bicicleta, toma la clase y se volvía a Sanlúcar.
Entonces, seguramente por consejo de Javier Molina, mi padre, que un día me ve coger la guitarra y hacerla sonar, hace que casi a los siete años vea en mí unas condiciones que, a partir de ahí, empieza a enseñarme. Y como yo veía a mi padre leer música y medirla…
Mi padre decía: bueno, tú no quieres guitarra, muy bien, pero aquí no se puede estar sin hacer algo. Y él tenía un puesto de carne en el mercado y tenía puesto a un familiar suyo, y me metió ahí. Terminé cortando carne. Cerca de la panadería de mi padre puse yo otro puesto de carne en el local contiguo, y también me puse ahí a vender carne y verdura. Estando ahí, viene un día y me dice: ha llamado Pepe Pinto, que dice que qué pasa contigo… que él sale ahora de gira con una compañía… Hablé con Ana (su mujer) y me dijo: yo estaba esperando eso… yo sabía que tú aquí en este plan no iba a estar siempre. Entonces, ahí ya empecé a volar. Aunque ya había hecho una gira antes de cumplir los 14 años con Pepe Marchena, diremos que mis padrinos artísticos fueron Pastora Pavón y Pepe Pinto… y con 15 años llegué a grabar con Pastora y Melchor de Marchena."
"De manera que, ahí he puesto todo mi esfuerzo y, además, mi decisión, que es muy importante. Cuando nos casamos, llegamos a Madrid, que yo iba a trabajar en Las Brujas, y lo primero que hice fue coger a mi mujer en casa y le dije: mira, Ana, no sé si tú querrás seguirme, espero que sí, pero nosotros tenemos que organizar nuestra vida. Y el punto de vista que hemos de tener para convivir, y procurar ser medianamente felices, es que necesito que me ayudes a defender lo que yo creo que debe ser mi comportamiento. En esta familia que vamos a crear, y en este caso, lo primero es la guitarra. Y no hay discusión ninguna. ¿Qué quiere decir eso? Que vamos a establecer un día a la semana para salir a la calle, para ir al teatro, divertirnos… pero si ese día no he estudiado lo que yo necesito estudiar, coge tú solita y te vas al cine o a comer, o donde quieras, pero ni puedes presionarme, ni pedirme, porque esta vida va a estar constituida así. Y así ha sido desde ese momento, y eso no se alteró jamás.
Yo estaba en el tablao de Las Brujas, a veces se celebraban fiestas y me llamaban para intervenir, y me lo pagaban aparte. Pero yo trataba de construir un hogar, nos compramos un piso en Madrid, y fue rápido porque las cosas me fueron muy bien, las casas de discos me pedían que grabara permanentemente, subió mi estatus y aseguré la forma de vida. Todo eso constituyó una responsabilidad acorde al sacrificio que yo hacía. A mí no me preguntes tú cómo está el país, tal sitio, que los he recorrido todos, pero no me lo preguntes. Pregúntame cómo es tal hotel del tal país o tal teatro, pero de ahí no pasaba. ¿Cómo llevo yo esto adelante con esa rajatabla? Porque tuve la inmensa suerte de enamorarme como un loco de mi mujer. Entonces, yo todo lo que deseaba en la vida lo tenía en mi casa. Lo que deseaba en la vida solo era eso. Hemos tenido nuestros desencuentros y todo eso, pero ahora mismo estamos igual que cuando nos casamos hace 62 años.
¡Uf…! Hemos llegado al extremo de que la gente que está a la cabeza del flamenco diciendo lo que es oficialista está llevando al flamenco a una situación absolutamente vergonzosa y denigrante. Mire usted, el único instrumento armónico que tiene el flamenco es la guitarra. Hay gente que es del flamenco, aunque el instrumento no. Pero hay gente dirigiendo el tinglado del flamenco a la que, por ejemplo, se le ocurre que de los premios que existían para el flamenco en la Bienal quitan uno, lo anulan. ¿Imagina usted cuál han anulado?
El de guitarra.
Eso es. Cómo puede pensar la cabeza de alguien que está allí porque a lo mejor pega muy bien carteles… Y desecha el premio al parecer porque algunos guitarristas dan apariencia de estar tocando clásico porque, claro, ellos están acostumbrados a escuchar la música de hace 100 años y todo lo que se salga de pegar guitarrazos… Escuchar un discurso melódico, basado en valores musicales, y flamenquísimo, es la dinámica de la música.
Porque el flamenco lo han escrito los poetas y los poetas saben de poesía, de música no saben. Y el poeta que sabe de música no suele tener los suficientes conocimientos como para profundizar en las exposiciones publicadas del flamenco. Entonces, todo el que la novia le ha puesto de Reyes un libro de flamenco no está capacitado para hablar de flamenco, y como no hay nadie que le contradiga… pues eso sigue pa’ adelante. Y sin sentido. ¿Por qué he escrito esta obra y me he dejado 15 años dedicado a ella? Cuando me bajé del escenario dejé de ganar dinero para mi casa. No solo lo que me pagaban por concierto, que era uno de los cachés más grandes del sistema, sino que los derechos de autor que yo tenía que cobrar por que se interpretasen obras mías, tampoco me los podían pagar al no subirme al escenario.
Pongo en pie en esta obra un defecto de la música científica de hace 1.300 años, cuando Aristóxeno le da la vuelta a las teorías de Pitágoras. Cuando tuve a un alumno griego, tomé contacto con él y lo mandaba a Grecia a ver escritos originales. A este hombre le decía qué debía buscar y me los traía, y eso me ha ayudado mucho. Y con todo eso, sentí una sensación particular que debía entrar en los modos musicales de la antigüedad, porque debía haber ocurrido algo que no aparece, desconocido, que era que habían cambiado la dirección de la escritura en Grecia, que pasa de la noche a la mañana de escribirse de derecha a izquierda a escribirse de izquierda a derecha. Y en eso se fundamenta Aristóxeno con la música, y ahí es donde se equivoca. Por eso hoy no se encuentra solución a dos sistemas importantes que se han hecho ya en Occidente. ¿Ahora qué hacemos? O me matan, o tienen que quemar los libros".
"Pero de verdad, y lo siento de corazón, creo que la mayoría de la gente funciona por otras razones. Porque para entregar fe, poner la vida en la música, creer en ello… hay que ejercer con una pasión que no creo que haya mucha gente dispuesta. Porque cuando entras ahí ya estás atrapado.
El silencio es tan importante como los signos sonoros. De hecho, así está constituida la música. Los intervalos musicales, entre nota y nota, son silencios, están hechos de silencios. Si coges una escala, entre una nota y otra, hay un silencio, y luego otro, y cada silencio tiene una medida. Y luego está el silencio del espíritu. Una cosa es el silencio de la música y otra el silencio del espíritu. Y la música, cuando trata de explicarse a sí misma, tiene cosas bellísimas en el sentido artístico y poético. Me parece precioso, en la propia guitarra, cuando un profesor usa el lenguaje adecuado para comunicarse con su alumno en el flamenco. A la intervención del pulgar, cuando es vulgar o habitual, se le llama pulsar. Y el maestro dice: pulsa en la cuarta… Cuando el maestro quiere que el alumno implique su espíritu en esa intervención la llama herir —enfatiza— la cuerda. ¿Ves cómo la propia música trata de buscar su propia definición? Yo no sé si esto existe en la guitarra clásica, pero hay una tremenda diferencia. Cómo será eso que ahora que estoy en diálisis, y cada dos días me limpian la sangre, diremos, las enfermeras que vienen a inyectarme a la me dan dos pinchazos: a una vena y a una arteria. Bueno, pues cada enfermera tiene una actitud al pincharme y notas enseguida cuál es. Ves ahí perfectamente, quién es la que “pulsa” la cuerda, y cuál es la que “hi-e-re”. Y la que hiere está poniendo el alma y se está comprometiendo contigo. Y entiende tu dolor. La otra, cubre el expediente.
No entiendo una mala persona que se relacione con la música. No quiere decir con eso que no sepa que existe. La música es de lo más noble que tiene que el ser humano, y esa nobleza que tiene, como mínimo, el músico tiene que respetarla al máximo. No puede falsear eso. El día que yo entienda que un músico falsea la verdad, entenderé la necesidad de que exista la pena de muerte. Esas son de las fechorías más indignas que puede hacer un ser humano. Puedes hacer una música que no tenga unos contenidos profundos porque, a lo mejor, es una música de entretenimiento, que no intenta sentar cátedra, pero tiene que ser honesta. Y eso va en relación con los contenidos de la música. Lo que ocurre es que también la sociedad no está obligada a poder entender de música y, generalmente, se acepta y se apremia aquello lleno de simplicidad, música que a un músico serio le agrede.
Ha entrado en una dinámica que es lo que le conviene a los grandes directores del mundo. Tener a la gente disminuida intelectualmente para que no cuestione las aberraciones que hacen los capitalistas"
·Encuentro una vacuna muy difícil, pero sin embargo tengo esperanza en ello, para revertir la situación en la que la humanidad está hoy: revertir la indecencia en decencia. Hay posiblemente muchas cosas que no sabemos, se ha elegido una creencia, se ha puesto un Dios como si fuera un ser personal que dirige el universo, y también podríamos observar la creencia de que lo que dirige el universo sea la naturaleza. ¿Siempre coincide que cuando la sociedad más se desvía de los parámetros honestos y decentes aparece una epidemia? ¿Estamos seguros que estamos funcionando bien? ¿A qué extremo estamos llegando? Con las cosas que pasan cómo se puede creer en esta sociedad, si ya se ha instalado como forma de vida la violencia. Está absolutamente instalada la violencia. ¿Para conseguir qué? Los propios que la ejercen no saben para qué la ejercen. Ya me podrás decir en la situación en la que estamos.
El mundo está explicado de forma fraccionada, está explicado donde se define la vida que han tenido los distintos países que son relevantes. El flamenco es una cultura que tiene un sistema propio musical, heredado ese sistema de los griegos, pero construido por nosotros, de tal manera que los griegos no cantan como nosotros. Pero el sistema es el mismo y tengo un desarrollo hecho en esta obra donde pongo punto por punto desde que nace hasta cómo se desarrolla a través de una célula hasta llegar al final. Y llega al final cuando en la última escala aparece la primera. Cuando se altera una, el sistema se va a la mierda.
Nosotros no somos una cultura sometida a un tirano que nos exige y nos pone la metralleta en la cabeza. Nosotros estamos desarrollados como hombres libres, al menos desde lo que podemos y queremos entender. Eso te lleva a buscar y emplear, sobre todo, el oído porque los guitarristas, que son los músicos del flamenco de hoy, somos los que podemos crear armonía. La mayoría, desde la antigüedad, se agarran al oído y a lo que nos explicaron los griegos. Nosotros sabemos que la cadencia andaluza es la menor, sol, fa, mí… mayor, por una decisión que se toma en la antigüedad, se determina que acabe en mí mayor para diferenciarlo de las otras partes que terminaban en mí menor.
Los flamencos tenemos el sistema griego que, en la decadencia del imperio romano, los eclesiásticos alteraron por error, quedando, tristemente, como documentación veraz. Aun estando perfectamente desarrollado desde los griegos.
Hay algo de lo que se olvida la gente cuando habla de transmisión oral y por escrito, y es que piensa que si se ha aprendido algo por transmisión oral es por ser alguien fuera de serie, o que es gente de feria o de chiste. Y olvidan que cuando existía nada más que la transmisión oral la gente tomaba el conocimiento como religión porque no había otra cosa. Y entonces no podían tener ni la ocasión, ni la maldad de darle la vuelta a aquello, sino de conservarlo en la memoria. Y las personas que se metían en ello eran las que transferían a las venideras generaciones ese conocimiento.
Vacaciones. Solo dos veces, dos vacaciones de quince días. Y fui a conocer bien Galicia. Quería ir a conocerla porque mi madre procedía de Galicia, mi abuela vino de allí, y aquí formaron esa familia. Soy más mezclado que un gazpacho. Mi abuelo era sefardí, y la otra abuela era morisca… y yo…, a ver quién me clasifica (ríe)… porque me gustaría saber quién soy.
¿La guitarra?
Ya he dado todo, ya no me apresa más la guitarra. Me apresa el flamenco, ¿pero la guitarra…, que necesita ejercitar tanto y que solamente agradece lo que tú le das, y a veces se convierte en una tirana, ya no la toco más.
En cuanto al estudio de la guitarra creo que, en general, hay mucha conciencia puesta en ello, mucha voluntad y mucha espera a veces impaciente. Porque están equivocados al fijarse en lo aleatorio, en lo secundario, en el adorno, y no se fijan en el centro. Para fijarte en la ciencia tienes que saber qué es la esencia. No puedes buscar una cosa si no sabes entenderla”.
Wang Can, primer guitarrista flamenco profesional Chino, y el maestro Sanlucar.
“Yo estaba estudiando Ecología y cuando me aburría en el laboratorio y con las lecturas que tenía que hacer, me descargaba música por internet y ahí encontré el disco Cositas buenas del gran maestro Paco de Lucía. Cuando en 2013 terminé mis estudios en China tuve la posibilidad de ir a Estados Unidos a trabajar y seguir estudiando, pero mi pasión era ya la guitarra flamenca.
Y en abril de 2014 decidí venirme a España. En dos meses aprendí el idioma con un curso intensivo y logré que me dieran el visado. Fui a master class con distintos maestros y a un curso de verano en Córdoba donde lo conocí. Él vio a un asiático allí, le llamaría la atención y me dio su teléfono para que lo llamase. Cuando volví de mis vacaciones en 2017 lo llamé y fui a su casa cada fin de semana para aprender con él. Me dio todos los ejercicios de técnica y muchos consejos, me enseñó también cómo funciona el mundo, a ver de lejos, no sólo de cerca".
–Qué generosidad.
"Mucha, no me cobró nada, comía en su casa, sólo me pedía que hiciera todos los ejercicios bien y para eso tenía que estudiar muchísimo. Si no, se enfadaba. Ahora me preocupa su salud."
Manolo Sanlucar : "Tengo esperanza en una vacuna muy difícil: revertir la indecencia en decencia"
publicada el 1 de mayo de 2021 en La Voz del Sur
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publicada 15 Abril, 2021 en Diario de Sevilla
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https://www.diariodesevilla.es/entrevistas/Wang-Can-Primer-guitarrista-flamenco-profesional-chino-no-solo-kung-fu-trabajar_0_1564643710.html