“Yo nunca he dejado de ser flamenco, porque va conmigo, lo llevo dentro. El flamenco es mi vida”.
“Oye gitana
Vente conmigo
Voy pa Chiclana”
Rancapino, es uno de los cantaores con más historia viva del Cante, en particular los de su tierra, el litoral gaditano.
Chiclana pone en marcha ‘Rancapino 75’, un año dedicado a la figura del cantaor Alonso Núñez, nieto de ‘La Obispa’ e hijo de ‘Manuel Orillito’, hermano de ‘Orillo’ del Puerto, nacido en junio de 1945.
La Sal de la Bahía.
“De chiquitillo yo siempre estaba corriendo en cueros y un gitano al que le llaman ‘El Mono’ siempre me decía, ¿Dónde vas que pareces un pino quemao?”.
"El flamenco es un sentimiento que te rompe cuando estás a gusto en familia, en un bautizo, en un casamiento, y también cuando estás “jerío”. El flamenco es también la alegría por un familiar que hace romper en cante. Es la expresión de los sentimientos.
El aire de las palmas, el sonido de la guitarra, el murmullo que lo jalea. El flamenco te emociona porque es verdad. El flamenco hace irracionalmente llorar a muchas personas que no son flamencos. El flamenco es sentirse.
El flamenco tiene que nacer con él. Se aprenden los estilos, las letras. Se aprende la segurilla, la soleá, la alegría, la bulería, el tango. Pero nacer se tiene que nacer con el cante (asiente con un toque de nudillos en la mesa a compás).
El cante es el cante, se nace con él o no se nace… y eso no se puede remediar. Que unos lo hagan con la voz más bonita o más ronca, es lo de menos.
¡Doler, sí! ¡Pero con faltas de ortografía!
Los fracasos. Me han hecho meterme más en la verdad, me han hecho reflexionar, reconocer… El flamenco siempre se ha relacionado con la noche, las copas, como con una nebulosa inconcreta… ¿Cómo en ese escenario tan incierto se coge el carril de la verdad? Los fracasos nacidos de la mentira y los engaños van a uno acercando a la verdad, porque nos dan un baño de realidad, nos hacen pensar.".
"Camarón fue un genio en el mundo del flamenco. Un muy listo. Se le quedaba todo en el oído. Escuchaba a alguien y lo hacía mejor que el que lo había cantado antes (risas). Siempre hemos estado juntos. Toda la vida. Íbamos siempre a la Venta de Vargas estaba El Chato La Isla, un cantaor muy bueno, muy bueno. El mejor cantaor que ha tenido la provincia de Cádiz. El mejor, sin duda alguna. Cantaba con un máximo gusto que te dolía.
Camarón y yo siempre andábamos juntos. Hasta lo casé con la Chispa. Me iba a la Línea porque me gustaba una hermana de la Chispa. Me quería toda su familia menos ella. Ya que no me casé yo, casé a Camarón".
‘Paco, ¿y cuándo me vas a hacer un disco tú a mí?”. ‘‘¿Tú? ¡Tú vas a grabar en un queso!”
"Tuve la suerte de estar con mi mujer que en paz descanse, mi Juana. Me dio lo más bonito del mundo que son mis siete hijos. Mi Juana me dio el mayor cariño que he conocido en mi vida. Ella miraba mucho por mí. Dios me la quitó porque la quiso para Él y con Él no hay quien pueda.
No, mi hijo nació con el cante. Le queda mucho que recorrer. Las canas no son gratis. Es un cantaor que lo admiran los cantaores. Que conste que a los cantaores los hacen grandes los mismos cantaores. Los mismos artistas hacen artista a los artistas. Así es. Es un cantaor de nacimiento que no ha aprendido de nadie. Ya con tres años cantaba".
"Ahora no hay afición al flamenco. Antes se escuchaba a un cantaor y se paraban cuarenta personas. Ahora se levanta de su sepultura el monstruo número uno que para mí era Juan Talega... y se tiene que ir pa su casa".
Ayer mismo vino una japonesita a Chiclana a estar conmigo. Y se puso a cantar. Y yo decía: ‘‘¿Cómo puede ser?”, ¡que cantaba por soleá!"
¿Y es lo mismo?
"¡Cómo va a ser igual! ¡Eso nunca!"
"Hay que tener valor, porque yo tampoco soy Robert Redford".
Chano Lobato, otro grande de la bahía, le decía que era:
“El Robert Redford de África”.